«No esperaba que mi crisis de los treinta fuera una metástasis»
Poco después de abrir su academia de inglés en Dúrcal, con solo 29 años, la granadina Lucía Puerta Prieto notó un bulto en el pecho: cáncer de mama
La vida de Lucía Puerta Prieto se paró en seco en agosto de 2024. Hasta ese momento, todo iba bien. Vivía con su novio, era ... deportista y acababa de abrir su propia academia de inglés en Dúrcal, The Cookies Class. Entonces, notó un bulto en el pecho. Pensó que sería «hinchazón por la regla», pero los días pasaban y no desaparecía. Su madre la acompañó al médico. Tras varios días y muchas pruebas, un sobre con los resultados de una biopsia confirmó lo que esta granadina ya se venía imaginando: cáncer.
Lucía conoció el diagnóstico en unas circunstancias nada recomendables. «El laboratorio te da el sobre con el informe, pero no te lo lee; hay que pedir cita con el ginecólogo. Mi novio estaba conmigo y lo abrimos. Mal por nuestra parte. Había muchas letras, yo no entendía nada, solo una palabra al final del todo: metástasis», comparte con IDEAL. Automáticamente, se lanzó al mostrador del hospital. Necesitaba que alguien le explicara lo que ocurría. ¡Tenía 29 años! Solo podía pensar: «quiero ser mamá, quiero ser mamá, quiero ser mamá».
Su pareja preguntó: «¿Pero qué tiene la niña? Que luego se lo tengo que explicar a mi suegra». Y el doctor dijo de golpe: «La niña tiene cáncer»
Pasó entonces con un ginecólogo de guardia y le hicieron varias pruebas más. Ella no hablaba. Su pareja, Fernando, fue quien preguntó: «¿Pero qué tiene la niña? Que luego se lo tengo que explicar a mi suegra». Y el doctor dijo de golpe: «La niña tiene cáncer». A partír de ahí, Lucía no recuerda nada de ese día. Su abuela pasó por un cáncer de mama con 74 años. Ella solo lo había conocido en gente mayor. Estaba «en shock». «No esperaba que mi crisis de los treinta fuera una metástasis».
El primer día que entró en el reservorio, esta granadina se sintió «superdesubicada, un bicho raro». Al principio, solo se llevaba con personas mayores, pero con el tiempo fue viendo que «hay un montón de casos de gente joven». A ella, que acababa de emprender, que «había dado un paso que no sabía si iba a salir bien o mal», le dijeron que dejara de trabajar. «Me alegro de no haber escuchado. Pensé: no me voy a poner la tirita antes que la herida. Siempre que me he encontrado mal he pensado que he estado mucho peor. Jamás se me pasó por la cabeza que me iba a morir», asegura.
Adiós al pelo
A Lucía también le preocupaba el pelo, pero su perspectiva cambió cuando pisó una peluquería especializada en pelucas. «Si se te cae, es que el tratamiento está funcionando», le dijeron. Compartió su proceso en Tiktok –tiene más de 14.000 seguidores–, pero en redes siempre hay una realidad que no se ve. «Cuando empieza a caer es horrible, hay un par de días que es a puñados. En la ducha, mi novio me decía: mírame a mí, estás preciosa, estás guapa, no mires abajo, mírame a mí», relata entre sollozos.
«En la ducha, mi novio me decía: mírame a mí, estás preciosa, estás guapa, no mires abajo, mírame a mí»
Tenía miedo a tocarse y vivía esperando a quedarse calva «del todo». No podía más, así que decidió raparse. Y para despedirse de su pelo, organizó una fiesta por todo lo alto con su familia y amigos más cercanos. Un año después, esa joven ya no existe. Ella misma lo dice, «no es ni bueno ni malo», simplemente sus prioridades han cambiado. «Antes cumplía compromisos y ahora, hago lo que de verdad me apetece. Disfruto los días buenos y me permito estar mal en los malos sabiendo que nada es eterno», defiende.
Hoy, está con quimioterapia en pastillas, «expectante». «Lo intenté en verano y tuve vómitos, diarrea... Me han bajado la dosis. Unas lo llevan estupendamente, otras en silencio… Cada una está librando su batalla», reflexiona. Mientras tanto, ella sigue viviendo, entregada a su academia y preparando la boda con su «persona favorita», la que le ha demostrado que esta lucha se hace en equipo. «Llegará un momento en el que pase el tratamiento y quiero retomar mi vida. Yo no soy solo el cáncer».
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