«Aquí todos dijeron que iban a venir, pero nadie se interesó por nosotros»
Los alcaldes de las localidades afectadas por las riadas denuncian no haber recibido aún ayudas o que estas son insuficientes
Los daños ocasionados por la dana aún perduran. Los alcaldes de una quincena de municipios del norte de la provincia lo saben bien. La mayoría ... los han solventado con sus propios medios mientras esperan, nueve meses después, la resolución por parte de la Junta de Andalucía o el Gobierno para saber si recibirán alguna subvención.
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Los municipios que se podían acoger a ayudas en un primer momento eran: Orce, Puebla Don Fadrique, Cúllar, Cortes de Baza, Caniles, Benamaurel, Valle del Zalabí, Guadix, Purullena, Villanueva de las Torres, Dólar y Huéneja. Este periódico contactó con los alcaldes y ocho de ellos confirmaron a IDEAL que no han recibido a día de hoy ninguna cuantía económica por parte administración andaluza. Tal y como señalaron los regidores de una docena de localidades, tampoco le ha llegado nada del Gobierno central. «Aquí todos dijeron que iban a venir, pero luego nadie se interesó por nosotros», asegura el alcalde Huéneja, Sebastián Yebra. Las pocas subvenciones que han llegado, además, no han sido suficientes para reparar los daños que sufrió, por ejemplo, esta localidad, una de las más golpeadas por la dana. Según el primer edil, recibieron 42.000 euros, pero invirtieron más del triple, 150.000, en reparar los sistemas de alcantarillado, los caminos, los derrumbes y las ramblas afectadas por las riadas.
El enfado es compartido en Dólar, otro de los puntos más azotados por el temporal. «Es una vergüenza, tuvimos que arreglar el puente como pudimos después de esperar durante ocho meses una ayuda», lamenta su concejal, David Fernández. Una situación similar vivió Cúllar. Su alcaldesa, Ana Belén Martínez, explica que su consistorio arregló decenas de kilómetros de caminos rurales «con ayuda de los vecinos y las empresas locales». Al igual que Dólar, necesitaban el acondicionamiento urgente para poder desplazarse porque las vías quedaron «intransitables».
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