Tragedia en Granada

Los cuatro fallecidos en el accidente de la A-92 estaban celebrando el cumpleaños de uno de ellos

Una noche de fiesta que acabó en la peor de las tragedias: cuatro fallecidos y un herido grave, viajeros de un mismo vehículo, con edades comprendidas entre los 23 y los 34 años. Las víctimas del accidente de tráfico en la A-92, a la altura de Moraleda de Zafayona, el pasado sábado de madrugada, estaban celebrando el cumpleaños de uno de ellos, según ha podido saber este periódico por fuentes de la Guardia Civil. Eran todos naturales de Colombia, a excepción del cumpleañero, un cubano de 34 años que había viajado desde Madrid -donde residía- a Granada para festejarlo.

Los otros dos hombres fallecidos tenían 23 y 33 años. En el coche viajaba una mujer de 25 que también pereció en el suceso. Solamente sobrevivió el quinto ocupante, de 39 años, que se encuentra grave en la UCI del Hospital de Neurotraumatología de Granada. Sufre un traumatismo craneoencefálico, si bien su vida no corre peligro.

Dos de los colombianos vivían en Armilla y otros dos acababan de llegar al país, por lo que no tenían domicilio conocido. Si bien la Guardia Civil informó de que las víctimas eran vecinas de Gójar, desde el ayuntamiento de la localidad precisaron que no vivían allí y que solo el herido fue residente en el pueblo «hace bastante tiempo, durante un corto periodo». Los primeros datos apuntan a que el vehículo circulaba a gran velocidad.

Emergencias precisó que el suceso tuvo lugar a las 00.30 horas del sábado a la altura del kilómetro 215 de la A-92, sentido Granada, momento en el que el teléfono 112 recibió la primera de varias llamadas de socorro. Alertaba de una salida de vía de un turismo y añadía que había varias personas atrapadas.

De inmediato, la sala coordinadora activó al Centro de Emergencias Sanitarias 061, a la Guardia Civil de Tráfico, a los Bomberos del Consorcio Provincial de Granada y a mantenimiento de la vía.

Sobre el terreno la escena era dantesca. Restos del vehículo por las inmediaciones, el airbag activado, una prenda de vestir rosa asomando por un lateral. Evidencias que indicaban que poco tiempo antes el interior de aquel vehículo estaba lleno de vida.

Fue un agente de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil de Navarra, que se encontraba de vacaciones con su familia, el que los encontró. Circulaba por la zona al paso por un carril de incorporación y un puente y fue entonces cuando observó un paragolpes en el arcén derecho.

Ante la sospecha de que se hubiera podido producir un accidente, se salió en la primera salida y dio la vuelta por la otra plataforma. Volvió a salir y entrar otra vez para recorrer el mismo punto y recorrió la zona a baja velocidad con los cuatro intermitentes puestos y las luces largas. Al llegar al punto se encontró el vehículo accidentado.

El agente paró unos metros antes y acudió al auxilio de los ocupantes. El único consciente era el acompañante delantero, al que logró extraer del vehículo, ya que dentro había cierta cantidad de humo. Lo sacó del turismo consciente y lo colocó en posición de seguridad. Más tarde fue necesaria la intervención de efectivos de los Bomberos para rescatar a las cuatro personas que habían quedado atrapadas, que estaban fallecidas.

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