Ver fotos
El precio del pepino se desploma y pone en pie de guerra a los agricultores de la Costa
Tras diez días seguidos vendiendo por debajo de costes, el sector afronta dividido la propuesta de empezar a destruir producción a partir de este jueves
Tras dos años de calma, los invernaderos de la Costa granadina vuelven a estar en pie de guerra. Los productores de pepino llevan diez días ... vendiendo por debajo de los costes de producción –el nivel de rentabilidad se sitúa en 40 céntimos el kilo mientras que desde el 8 de diciembre el kilo de pepino se está pagando a unos 20 céntimos– y el nerviosismo, la preocupación y la indignación se extienden por el campo de Motril, Castell o Albuñol. Ha vuelto a estallar la temida crisis del pepino.
Las altas temperaturas de diciembre, que han puesto en plena producción las plantas de pepino que estuvieron más retenidas entre septiembre y noviembre, junto a la especulación a la baja de la distribución ante la sobreproducción e incluso las protestas de Francia que han retrasado la llegada de los camiones con los productos de los invernaderos andaluces a toda Europa son las claves que explican el estallido de esta nueva crisis de precios del pepino, según coinciden distintas fuentes del sector.
El desplome la cotización del fruto, coincidiendo con un pico de producción que satura el mercado, no es un problema nuevo, sino que se repite de forma cíclica, la última vez fue hace dos años. Y siempre se abre el mismo debate sobre la conveniencia de destruir parte de la producción para tratar de levantar los precios. Ahora, el sector agrícola de la Costa vuelve a enfrentarse, desunido, al dilema. ¿Tirar o no tirar los pepinos?
Esta vez hay una asociación de productores, Agricultura viva en acción, que lo tiene muy claro y está canalizando la desesperación e impotencia de los productores, animando a iniciar la retirada de producción a través de las redes sociales. La organización, que cuenta con unos 900 socios entre Granada y Almería y tiene bastante fuerza en Castell de Ferro, ha hecho un llamamiento a los productores para que mañana jueves, a las diez de la mañana, lleven sus pepinos al vertedero de esta localidad costera.
«Estamos en pie de guerra», admite Ismael Escañuela, uno de los productores de Castell que apoya la medida de retirar parte de la producción de pepino ante esta situación «insostenible» para conseguir que los precios vuelvan a niveles de rentabilidad. «Yo tengo a tres personas trabajando en el invernadero, valga o no valga el pepino ellos cobran. El abono, los seguros... no podemos más, tenemos que hacer algo», señala desesperado. Desde Agricultura viva en acción creen que es el momento de tomar medidas efectivas y llaman a la unidad de todos los productores. «Tenemos que retirar producción. Las cooperativas son de los agricultores y están de acuerdo, el problema lo tenemos con las alhóndigas. A ellas no les interesa», recrimina este agricultor.
«Esto es un fracaso, no estamos amparados ni por gobiernos ni por nadie. Si en el punto álgido de producción no tenemos precios de 40 o 45 céntimos por kilo la campaña está perdida», advierte indignado. En la misma línea, Marina Alonso, productora y portavoz de Agricultura Viva en acción, insiste en que los productores, unidos, tienen que dar un simbólico golpe sobre la mesa.
Costando dinero
«A los agricultores nos está costando el dinero producir el pepino mientras el consumidor en el supermercado lo paga multiplicado. Si están caros compran poco y el producto así claro que no tiene salida. Las grandes cadenas imponen los precios, aquí no hay oferta ni demanda. Esta crisis no es culpa de las buenas temperaturas de diciembre, es especulación pura y dura», esgrime.
Ante esto, desde Agricultura viva en acción proponen a los productores un plante y mantener la retirada del porcentaje de la producción que se consensúe hasta que los precios remonten. «El jueves tenemos que plantarnos y que no entre ni un kilo de pepino a las corridas. Podemos hacerlo si estamos unidos. Las cooperativas son nuestras. Todos somos agricultores y tenemos que luchar, los sindicatos están desaparecidos y el sector siempre dividido frente a la distribución», analiza.
A una
La agricultora insiste en que los productores tienen que ser conscientes de que si van todos a una pueden cambiar las cosas, en tanto que, en estas fechas del año, son los invernaderos de la Costa de Granada y Almería los que abastecen a toda Europa, por la falta de producción en el resto de países, excepto en Grecia. «Los pepinos en invierno los hacemos nosotros. Si no entra nada a los almacenes, en Europa se comen las uñas. Podemos hacerlo, tenemos que defendernos unidos», anima.
Además, insiste en que ha llegado la hora de si no se toman medidas ahora, «esto nos va a pasar todos los años». «No hay derecho a que me paguen un kilo de pepinos de primera a 20 céntimos y que luego vea las piezas de segunda, de menos de medio kilo, a 0,87 en el supermercado. La culpa es de la distribución y de los que quieren hacer el agosto a nuestra costa», lamenta.
Difícil
Sin embargo, conseguir la unidad del sector para consensuar una medida como la retirada de producción es más difícil de lo que parece, según recuerdan desde la organización agraria COAG. «Se está calentando el ambiente pero desde COAG no podemos entrar en ese juego de invitar a la retirada de la producción», argumenta el secretario provincial de COAG Granada, Miguel Monferrer. Y es que, a juicio del portavoz de COAG, sin coordinación entre Granada y Almería y sin unión a su vez entre las cooperativas, alhóndigas y productores, la retirada de producción no serviría para nada más que empobrecer más a los agricultores.
«Una medida así hay que liderarla y organizarla. Si Granada tira producción y Almería, que tiene 13.000 hectáreas de pepino, las sigue poniendo en el mercado no hacemos nada, en todo caso un favor a Almería», alerta. Además, apunta que hay agricultores que no están dispuestos a tirar su producción y que prefieren ingresar poco que nada. El responsable de COAG señala que ya han pedido la convocatoria del Consejo municipal agrario de Motril, donde está representado el sector, para estudiar medidas.
Y otro tema que plantea es, si se decidiera retirar producción, dónde hacerlo. «No se puede animar a destruir producción en un momento de calentón sin tener resuelto dónde. Hay denuncias y hay Fiscalía. Si se decide destruir, tenemos que pedir a Diputación que los agricultores puedan llevarlos a la planta de Motril a coste cero», valora.
Información relacionada
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión