Playa Granada encara una segunda reapertura turística
Los contagios y el cierre de dos locales emblemáticos por su relación con un positivo pone contra las cuerdas al sector, que saca el termómetro para medir los efectos
Pilar García- Trevijano
Miércoles, 5 de agosto 2020, 00:46
Playa Granada trata de recobrar el pulso después de recibir un revés en plena temporada alta para el turismo. La Costa se aferraba a la ... llegada de agosto con vértigo. Julio les había dejado un mal sabor de boca. El arranque del verano ha aportado lo justo para mantenerse y reactivar sus negocios, aunque no lo suficiente para resistir el invierno. Los visitantes llegaban con cuenta gotas, pero llegaban y de la noche a la mañana la crisis sanitaria les dio un nuevo sobresalto. El aumento de los contagios en el área sanitaria Sur tocó de lleno a dos de los locales más emblemáticos del litoral a final de julio. El Hoyo 19 y el restaurante Los Moriscos tuvieron que cerrar sus puertas al estar relacionados con uno de los casos positivos detectados en el municipio.
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La noticia sacudió en cadena a todo el sector. Esta última semana, Playa Granada no es una fiesta. En hora punta sobran mesas libres en los chiringuitos y muchos huecos en la arena. En cambio, sábado y domingo se llena de vida. El primer fin de semana de agosto ha sido «bastante flojo»para el sector y con los últimos acontecimientos temen que, en una temporada en el que su volumen de trabajo es reducido, se produzca una oleada de cancelaciones y que el destino quede señalado. Aún tienen que medir las posibles consecuencias y el avance de los contagios, pero vuelven a respirar –aunque sea entrecortado–.
El luto ha durado poco, queda remontar. Las hamacas del chiringuito Hoyo 19 dejarán de estar hoy ladeadas sobre las sombrillas como si estuvieran a media asta. El establecimiento situado en la Punta del Santo, en el límite entre Poniente y Playa Granada, se prepara para abrir por segunda vez. La primera fue el 3 de junio, tras meses de parálisis por el confinamiento. Después de que uno de sus empleados, que se había incorporado recientemente a la plantilla, diera positivo, se clausuró el establecimiento de forma preventiva y por decisión de los responsables en la noche del 31 de julio, justo en el ecuador del verano. Los tres empleados que compartían turno con el afectado recibieron seguimiento de la Junta de Andalucía y el resto –hasta llegar a los 15 trabajadores– se hicieron las pruebas por voluntad de la dirección del local. «Hemos dado negativo y abrimos hoy. Ha sido duro tener que tomar esta decisión en agosto, que es nuestro momento fuerte, pero fue lo más responsable. Agradecemos todo el apoyo recibido y , aunque no hemos empezado con buen pie, esperamos poder remontar este mes», explica uno de los responsables. Los locales que tenían relación con uno de los camareros afectados (el otro trabajaba en Los Moriscos) también están realizando pruebas al personal. Mientras tanto, en Los Moriscos la terraza se ha acordonado y el restaurante continúa cerrado de forma preventiva.
Los negocios sacan el termómetro para evaluar los efectos de estos brotes. Optimismo y preocupación a partes iguales. El sector inmobiliario es uno de los más perjudicados. Este verano sólo han conseguido alquilar 20 pisos de el centenar que se suelen ocupar en un verano corriente. «El negocio, al menos en ventas porque el alquiler ha caído, iba mejor de lo que esperábamos y de golpe nos viene esto», dice José Fernández, agente de Adaix inmobiliaria. La sucursal motrileña ha restringido visitas de clientes por precaución. Atienden a puerta cerrada y se han aplazado las citas menos urgentes. «No nos podemos arriesgar a cerrar la oficina ahora o exponer a los empleados. Este año a pesar de la cirios sanitaria habíamos vendido 30 casas, pero a partir de septiembre no esperamos lo mismo», concluye. Las actividades de ocio y de deportes acuático, un reclamo en la zona, han recibido consultas de clientes a raíz de los rebrotes.
«Al estar al lado del chiringuito afectado, cuando nos enteramos sentimos miedo. Por ahora no hemos tenido muchas cancelaciones, pero sí preguntas sobre cómo está la situación aquí», manifiesta José Tiernes, director de la empresa náutica Awa.
Recelo vecinal
En otros chiringuitos confiesan que con las nuevas noticias menos gente se anima a salir. «Estamos preocupados porque después de que se haya contagiado a un camarero te das cuenta de que puedes estar muy expuesto. Vivo el resto de año de las ganancias del verano y este no sé que voy a hacer», lamenta un trabajador. En la Kiskillería de Motril, que abrió de forma exprés en un mes, apuntan que están de «bote en bote», pero su propietario ha recibido cancelaciones de eventos en el club náutico, del que es también gerente.
Los campings esperan que no se frustren sus perspectivas de cerrar agosto con un 60% de ocupación en los Bungallows, aunque notaron una caída en las reservas cuando comenzaron los rebrotes en la capital.
Por último, los residentes de Playa Granada sostienen que existe cierto recelo en la urbanización a usar la zonas comunes, pero no miedo. «Se ha notado que hay mucha menos gente e incluso los propietarios de las viviendas rehuyen las zonas comunes y la piscina. No tenemos miedo. Las medidas que se están tomando por parte de Sanidad y el Ayuntamiento hacen que nos sintamos seguros y los vecinos se han concienciado», manifiesta el presidente de la asociación de vecinos, Rafael García.
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