«Gracias a Dios que no estaba la vecina del coche dentro, porque no lo hubiese contado»

«Las lluvias de los últimos días han sido intensas, y la tierra, ya empapada, no aguantó más», explica una vecina. Según los vecinos, no es la primera vez que pasa algo así en esta zona del pueblo, pero lo de ayer fue lo «nunca visto». «Estaba en el almacén del ayuntamiento cuando escuché el golpe», cuenta Juan Antonio González, residente del municipio. «Salí corriendo y vi la piedra encima del coche. Fue un golpe muy fuerte y nos asustamos todos porque era la hora punta»

Dos coches dañados y uno siniestro

El coche que se llevó la peor parte, un vehículo verde, quedó siniestro total. Su dueña, una vecina de la localidad, suele cogerlo a esa hora para ir a trabajar, pero por suerte, ayer se retrasó un poco. «Menos mal que no estaba dentro, porque a esa hora suele salir», comenta Emilia López, otra de las afectadas. Su coche también estaba aparcado en la zona y sufrió daños en la puerta del copiloto. «Yo estaba en pijama cuando me avisaron. Bajé corriendo, abrí el coche y vi los cristales rotos. Lo arranqué y me lo llevé de allí corriendo, porque seguían cayendo piedras y tierra. No te podías fiar de nada».

Pero no fueron ellas las únicas afectadas, Javier Alberto Vallejo también se dio un buen susto cuando le llamaron para avisarle. «Vi mi coche con toda la parte posterior rota y al lado el coche de una vecina que lo estaba cargando la grúa con la piedra todavía dentro». «Gracias a Dios que no estaba la vecina del coche dentro porque no lo hubiese contado», explica.

Y es que no solo la gran roca hizo los destrozos. Las piedras más pequeñas también causaron «rozaduras» en otros coches. Adrián Redondo, tuvo más suerte. «Me llamó Emi y me dijo 'Saca el coche de allí, que están cayendo rocas'. Cuando bajé y vi cómo estaban los tres coches de delante, me quedé de piedra. Afortunadamente, el mío solo tiene alguna marca de los rebotes, pero nada grave».

Lo que más preocupa a los vecinos es que esto no es la primera vez que pasa. Ya ha ocurrido varias veces en el mismo punto. «Tres o cuatro veces ha pasado ya», asegura Juan Antonio. «Siempre que llueve mucho, esto se mueve. Y claro, el miedo está ahí, porque te puede pillar aparcado o, peor, pasando con el coche».

Desde el ayuntamiento ya se han pedido medidas de contención, pero todavía no se han instalado.

Mientras los seguros hacen su trabajo y los vecinos intentan volver a la normalidad, todos coinciden en que ha habido suerte dentro de lo malo. «Al final, son coches y eso se arregla. Lo importante es que no ha habido heridos», dice Javier.

Aun así, la preocupación sigue recorriendo las calles del pequeño pueblo. «Si no se hace algo, cualquier día puede pasar una desgracia», advierte Adrián. Y después del susto de ayer, más de uno se lo pensará dos veces antes de volver a aparcar en esta zona.