«Cuando dependíamos de Almería nos sentíamos olvidados»
Como trabajador más antiguo de la Autoridad Portuaria de Motril, el ingeniero y farero Antonio Molina ha sido testigo preferente de las dos exitosas décadas de autonomía
Aunque tras terminar sus estudios como ingeniero industrial y técnico en señales marítimas forjó su carrera en distintos puertos andaluces, el destino del motrileño Antonio ... Molina estaba ligado al puerto granadino, donde trabajaba su padre como electricista y a dónde se incorporó como jefe de mantenimiento en 1996.
«Yo estaba en Cabo de Gata, porque había aprobado las oposiciones de funcionario como farero. Cuando las señales marítimas pasaron a depender de los puertos pasé a Almería y como Motril dependía de esta autoridad portuaria el presidente me propuso irme de jefe de mantenimiento a Motril», recuerda.
Durante seis meses, el joven Antonio Molina llegó a ser el jefe de su padre. Ahora, con 65 años cumplidos, una jubilación parcial y una reconocida trayectoria profesional a sus espaldas, Antonio llega a gala ser el trabajador más antiguo de la Autoridad Portuaria de Motril. Es también un testigo privilegiado de la espectacular transformación que ha vivido la dársena granadina en estas dos décadas de autonomía.
«El puerto ha vivido un cambio integral, no tiene nada que ver este puerto con el de hace 20 años y con cómo se trabajaba. Recuerdo que utilizábamos grúas móviles de carril que se movían por vías como los trenes y hacíamos las cargas y descargas con personal propio del puerto, ahora este trabajo lo realizan empresas especializadas con modernas grúas móviles y los estibadores. Antes entraban barcos pequeños, ahora son gigantes. No teníamos ferrys, ahora tenemos miles de pasajeros. Ha sido una revolución», rememora.
Antonio recuerda especialmente los saltos que supusieron la construcción del muelle de las Azucenas y la ampliación del muelle dique, que permitieron disparar la eficacia de la operativa portuaria. «Antes esto era más familiar, pero es mucho más satisfactorio trabajar en un puerto como el que ahora es Motril, al único que pueden llegar tráficos como las palas eólicas que no pueden pasar por una ciudad», subraya.
«Hemos tenido récord de crecimiento y el futuro es muy halagüeño», apunta el veterano, que ya verá jubilado la gran transformación en marcha, con la separación de las dársenas comercial, pesquera y la deportiva. «Creo que va a ser un éxito», afirma.
A nivel personal está satisfecho de haber puesto «un granito de arena» a la construcción de este gran proyecto que es hoy el puerto de Motril. «Han sido 20 años de continua transformación y a nivel personal estoy muy satisfecho de haber sido parte de esta historia. Cuando dependíamos de Almería nos sentíamos olvidados, el tiempo y la buena gestión han demostrado que era importante que las decisiones se tomaran aquí».
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