El miedo a los brotes provoca cancelaciones en las reservas de los hoteles de la Costa
La evolución de los focos en la capital y el área metropolitana fomenta el temor a los contagios y lastra la ocupación en los establecimientos del litoral
«Atendemos clientes, pero no tiene nada que ver con otros veranos. Entre semana sobra espacio libre en la playa cuando en una segunda quincena ... de julio a veces costaba encontrar hueco en la arena. Almuñécar siempre ha sido de turista español en verano, pero se nota que faltan turistas y, sobre todo, turistas extranjeros», dice el propietario de uno de los establecimientos de restauración de la calle Manila. La misma cantinela se repite a pie de playa. Hay turistas para mantener los negocios sin obtener grandes beneficios, los mismos que en temporada baja, tras meses de cierre por la crisis sanitaria. El verano ha arrancado con un sabor agridulce para el sector. Denuncian que los rebrotes que se han producido en la capital se traducen en cancelaciones de reservas hoteleras, algo que afecta en cadena a todos los negocios.
En Velilla, los servicios de hamacas tampoco consiguen «colocarlas todas», pese al desembolso que han hecho en tomar medidas de higiene. Es viernes y vuelven las colas en la autovía. Hay ambiente en los bares, algunos clientes esperan en la puerta para poder tomarse la primera cerveza del día. A los 62 chiringuitos del litoral no les falta trabajo, aunque les gustaría que fuera mayor.
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«Aguantamos el verano gracias a las segundas residencias. La gente joven también se anima a viajar, pero recibimos muy pocos extranjeros y menos familias que de costumbre por el descenso de ocupación hotelera», explica Francisco Trujillo, propietario del chringuito La Sardina y representante de los chiringuiteros. La asociación de hostelería apunta que de media se está facturando un 40% menos que en un verano corriente, mientras las escuelas náuticas consiguen mantener las reservas hasta el 80%.
«Nos mantenemos con el tursimo de segunda residencia porque recibimos menos extranjeros y familias»
Francisco Trujillo, Chiringuitero
La Costa echa en falta la remontada que supone la llegada de grandes grupos de turistas organizados por los touroperadores y agencias de viajes. Dos grandes alojamientos vacacionales; Almuñécar Playa y On Aleta Room no han abierto aún. El último de ellos descarta abrir este año. Aunque la mayoría de los rebrotes se han producido en la capital y el área metropolitana, el miedo al virus aumenta las cancelaciones y con cada noticia los hoteleros lamentan recibir una llamada para anular la habitación.
«Los casos se traducen en cancelaciones. Recibimos casi tantas reservas de última hora como anulaciones, aunque el verano no nos preocupa en exceso porque nos mantenemos entre un 40 y un 50% de ocupación, pero si las reservas para el otoño siguen como hasta ahora tendremos que plantearnos cerrar», explica, Matías Hidalgo, director de operaciones del Hotel Helios. Desde que abrió a principios de mes ha registrado cerca de 4.600 pernoctaciones, el 40% de lo que recibió en 2019. 'Entre semana la ocupación en el litoral se sitúa entre un 30% y un 40%, mientras que de viernes a domingo con las reservas de última hora se alcanza porcentajes desde el 60% hasta el 85%, de acuerdo con el presidente de la asociación de hoteleros, Jesús Megías.
«Los casos se traducen en cancelaciones. Recibimos casi tantas reservas de última hora como anulaciones»
Matías Hidalgo, Director hotel Helios
«La incidencia del virus es muy baja en la Costa, pero las noticias de contagios de la capital nos están haciendo daño. Afecta a las reservas de los touroperadores internacionales también», critica el presidente. El hotel Playa Granada Club Resort es el alojamiento que más extranjeros tiene en cartera. Además de los clientes nacionales, sus habitaciones están ocupadas por franceses y puntualmente por huéspedes alemanes y holandeses. Mantienen que en agosto la ocupación podría superar el 60%, pero no descartan tener que cerrar en invierno. El establecimiento recibe consultas sobre las medidas sanitaria que toma, opera con casi todos los servicios que ofrece habitualmente, incluida la animación, pero la sala de fiestas está cerrada. En el jardín, los turistas toman el sol en la hamaca, mientras en la piscina se da una clase de aerobic. «La piscina el año pasado estaba a rebosar, ahora tenemos el aforo medido. Solo pueden entrar 100 personas. Hay mucha seguridad, pero los turistas conservan la sensación de que están de vacaciones», dice el socorrista.
En comparación con el resto de la provincia, los hoteles del litoral tienen buenas perspectivas. La mitad de los 420 establecimientos de la provincia siguen cerrado y la media de ocupación no supera el 25%, con mas desahogo para Baza y el Altiplano, que sale favorecida por la crisis. Los visitantes buscan entornos al aire libre y la ocupación podría llegar al 70% este verano, según Gregorio García, presidente de la Federación Provincial de Turismo. Mientras tanto, el alquiler de apartamentos y la segunda residencia roza el lleno técnico cada fin de semana. En el litoral, la asociación de viviendas turísticas de Andalucía asegura que las reservas se mantienen al 90%.
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