Almuñécar Hills deja atrás a los 'okupas' y renace con 36 nuevas casas
Un año después de comenzar el proceso de desalojo, la urbanización encara una nueva vida con duplex y piscinas de lujo
Almuñécar Hills fue durante años poco más que un esqueleto de ladrillo varado en la ladera de El Tesorillo, sobre el túnel de Taramay. Su ... silueta, inacabada y deteriorada, se convirtió en un símbolo visible de la burbuja inmobiliaria y de las heridas abiertas por la crisis de 2008. Pero la historia de la urbanización está a punto de dar un giro de 180 grados: después de más de una década marcada por el abandono y la ocupación ilegal, el proyecto resurge como un nuevo complejo residencial.
La urbanización, concebida como una promoción de lujo en un enclave privilegiado con vistas al Mediterráneo, se quedó parada tras el estallido de la crisis financiera que arrasó el mercado inmobiliario del país. A medio construir y sin vigilancia, el lugar fue poco a poco ocupado por personas sin recursos que encontraron allí un refugio. Con el paso de los años, el complejo llegó a albergar a unas 27 familias, muchas de ellas con menores a cargo.
Fue en 2024 cuando los 'okupas' empezaron a buscar otro nuevo hogar. Según explica Mayka Ortega, activista de la plataforma Stop Desahucios, las salidas se produjeron de forma progresiva y pactada. «Los primeros desalojados recibieron una media de 6.000 euros por familia. Los que salieron semanas después recibieron 3.000 euros», explica Ortega.
Según fuentes consultadas por IDEAL, los desahucios se empezaron a producir en diciembre de 2024 y no fue hasta mayo de este mismo año cuando la urbanización se quedó completamente vacía. Las personas desalojadas tuvieron que buscar una solución por su cuenta, muchas de ellas en las mismas condiciones precarias en las que estaban.
Según informan, en la zona quedan cuatro familias que han vuelto a ocupar unas viviendas colindantes.
Con la urbanización vacía, una nueva promotora valenciana dio el paso definitivo para hacerse cargo del proyecto. Lo primero que hicieron fue asegurar el terreno ya que la ladera en la que están ubicadas las casas es muy inestable. Se llevó a cabo un proceso de micropilotaje, una técnica de consolidación del terreno, con una inversión de cerca de 2 millones de euros.
Luego se redactó un nuevo plan urbanístico adaptado al mercado actual, con una distribución organizada y con calidades de alto nivel. El diseño definitivo contempla 36 viviendas, divididas en tres zonas diferenciadas dentro del conjunto residencial.
En la parte más alta del complejo se construirán dúplex de lujo que contarán con tres dormitorios, tres baños, amplias terrazas, piscina privada y cochera. En la zona intermedia se ubicarán los apartamentos de dos dormitorios con terraza y piscina, mientras que en la parte más baja se construirán también viviendas de dos dormitorios con terraza, aunque en este caso sin piscina. Todos los hogares incluirán plaza de garaje y trastero, que estarán situados en la parte inferior de la urbanización.
Según ha podido conocer IDEAL, en 2010 cuando se promovieron las viviendas los precios oscilaban entre 120.000 y 180.000 euros. Ahora, el precio estimado de venta oscilará entre los 230.000 y los 380.000 euros, en función de las características de cada casa, duplicando el precio inicial.
A la espera de la licencia
La promotora espera iniciar las obras en cuanto el Ayuntamiento de Almuñécar otorgue la correspondiente licencia de obra, un trámite que actualmente está pendiente.
Mientras tanto, para evitar nuevas ocupaciones o actos vandálicos que pongan en peligro la inversión, se ha contratado un servicio de vigilancia las 24 horas, compuesto por seis agentes de seguridad distribuidos en turnos de ocho horas, que controlan los accesos al recinto y patrullan la zona.
Fuentes cercanas al proyecto indican que la promotora se encuentra en negociaciones avanzadas con la inmobiliaria local Procosta, que podría encargarse de la comercialización de las viviendas una vez que se abra el plazo de preventa.
Tras 15 años 'okupada', Almuñécar Hills encara ahora su segunda oportunidad. El que fuera uno de los «fracasos» más visibles del urbanismo de la burbuja podría convertirse en un referente residencial en la Costa.
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