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El bosque perdido

El último recorrido por un paraje desaparecido para siempre, las imágenes y sensaciones que no volverán a ser captadas | Días antes del incendio de Lújar, IDEAL recorrió el alcornocal para elaborar un reportaje que mostrase el alto valor de un bosque singular, un trabajo periodístico y de divulgación científica que publicamos ahora como documento para la historia

Juan Enrique Gómez

Lunes, 13 de julio 2015, 17:21

Tenían los troncos desnudos, la corteza vegetal mostraba un color rojizo y delataba que durante años, al menos un lustro, estuvo cubierta de corcho. Eran ... grandes árboles, algunos de ellos con más de diez metros de altura y espesas copas de hoja caduca, alcornoques (Quercus suber) que cubrían un territorio que desde las cumbres más elevadas de la Sierra de Lújar, caían hacia el mar. Ejemplares de repoblación que ocuparon los espacios conocidos como la sierra del Jaral y el cerro de la Campana Ariza, entre 550 y 950 metros de altitud. Un denso bosque que colonizó ecosistemas hacia oriente, más allá de donde se encuentra su óptimo de crecimiento y supervivencia, un alcornocal que junto con el del Haza del Lino, en la cumbre de la Contraviesa, eran los más meridionales de la península Ibérica y los más altos de Europa.

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