El coro que sorprendió en el metro conquista la Manhattan de Morente

El escenario fue el Auditorio Manuel de Falla y los autores materiales de esta sorpresa fueron los chicos del Granada Rock Choir y la cantaora Esther Crisol, en una fusión de ritmos y sonidos capaz de hacer volar la cabeza a los sensibles a la belleza sonora.

«Esto tiene que conocerlo Granada», dijo uno de los espectadores, el granadino Jacobo Calvo, que grababa aquel momento único e histórico que retrotrajo a aquel Morente de pelo bravío y voz rasgada que salía de su cuerpo sin esfuerzos.

La sorpresa la organizó Teresa Martínez, directora de este coro que fue el protagonista de ese vídeo viral en el que cantan 'Creep' en el metro. Esa facilidad musical y artística para organizar un viaje por el subterráneo cantando por Radiohead fue la que llevó este sábado a la directora musical a organizar este choque musical que explotó en emoción. «Me gusta mucho el rock pero también el flamenco», declaró la directora del Granada Rock Choir, en este concierto en el que colgaron el 'no hay entradas'. Una noche dedicada a la música con el respaldo de los coros de rock de Torrelodones y el de Jaén, que acaba de poner Teresa en pie.

Cerca de 45 integrantes de este coro rockero granadino (entre ellos Andrés, Eva, José, Mercedes, Eva P., Ricardo... y otros muchos) salieron al escenario este sábado a cantar sus himnos más consagrados entre los que sonó Nirvana o Alanis Morissette. Pero el 'stendhal' de la noche llegó cuando Teresa llamó al escenario a la cantaora Esther Crisol y su cajón y guitarra y se sumaron a las cuerdas de Edu Coronado -entre otros- y a la batería cuidada de Laura Efe. Entonces comenzó el espectáculo con ese Manhattan de Morente y Lagartija Nick que crearon Omega, algo único en su especie.

«¿Cuántas veces recé pa' yo volver a empezar? Pimero, conquistaremos Manhattan, después, conquistaremos Berlín», sonaba en las voces bien compactadas pero con colores y personalidades diferentes de los chicos de Granada Rock Choir con el quejío de Esther como un desgarro de belleza y el público que rompió en aplausos vibrando.

Las manos de Teresa, el brío, el talento musica saliendo y proyectándose, comenzaron a dirigir el Aleluya de Morente y Lagartija pero con Esther Crisol partiendo el aire y los chicos del coro arrancando con los aleluyas, empezando por los bajos y rompiendo en las voces potentes y bien fusionadas. Todo un espectáculo granadino, con esencia, que el mismísimo Enrique Morente debió disfrutar apostado en el rincón que el cielo tiene para los artistas granadinos.