Comprarán una pizzería histórica de Granada para evitar su adiós: «Es el lugar perfecto»

Y es que, después de toda una vida dedicada a su negocio, Juan Molina, propietario de la Romana, buscaba desesperadamente a alguien que continuara con su legado, tal y como contó a IDEAL, para que todo su trabajo no cayera en el olvido después de su jubilación. «Me gustaría dar con alguien al que enseñarle mis recetas y que la Pizzería Romana pudiera continuar abierta», contaba hace un par de años a este periódico asegurando que mantendría abierta todo lo que pudiera la pizzería porque cerrarla era «la última opción».

Afortunadamente para él, y también para todo el barrio, ha conseguido dar con unos sustitutos perfectos para mantener viva a la Romana: Paco Galdeano y Álvaro Hidalgo, que tras alcanzar un acuerdo con Juan ahora son quienes están al frente de la mítica pizzería chanera. Los dos proceden de la Pizzería Las Villas y mientras que Paco es quien cocina, Álvaro se ocupa de gestionar la sala.

«Llevábamos hablando con Juan un tiempo, surgió la opción de quedárnoslo y decidimos que era el momento», cuentan a IDEAL las nuevas personas al frente de la pizzería. «Conocimos la Romana y la verdad que nos llamó mucho la atención y pensamos que podría ser el lugar perfecto para el resto de nuestra vida, que es lo que queremos», aseguran.

Y, aunque tuvieron un poco de vértigo por pasar de ser empleados a dirigir su propio negocio, reconocen que por el momento no les ha podido ir mejor. «Teníamos la tranquilidad de que no partíamos de cero porque Juan tenía su clientela y mucha gente conocía al restaurante», pero a la vez tenían la responsabilidad de tener que hacer las cosas «muy bien» para continuar el legado de Juan.

Los nuevos propietarios del negocio aseguran que es «un orgullo» poder estar al frente de un negocio histórico y aseguran que mantienen vivo el espíritu de la Pizzería Romana. Eso sí, con algunos cambios: «Añadimos algunos platos y pizzas con un toque más nuevo y actual. Todo está gustando bastante y la gente no para de decirnos que Juan ha dejado la pizzería en buenas manos». «Juan quería que la pizzería siguiera viva y la gente del barrio también. Al final todos estamos contentos», comentan para finalizar.