«El cliente se desespera y nosotros recibimos las broncas»

Los procesos se dilatan incluso para gestiones básicas, como notificar que una demanda ha sido admitida, para lo que se está tardando tres meses. Hay casos verdaderamente dramáticos, como clientes que esperan a que se resuelvan pensiones de alimentos, modificaciones de medidas en divorcios, desahucios o cobros de indemnizaciones por accidentes de tráfico. «A los abogados nos produce un retraso en el cobro, ya que en el 90% de los casos no recibimos el dinero hasta que se acaba el pleito», relata Leandro Cabrera.

El decano de los procuradores, Juan Luis García Valdecasas, se centra en la marcha en sí de los propios juzgados. Recalca el mal funcionamiento de los medios técnicos, como los programas de conexión para la celebración de las vistas telemáticas, que presentan tantos problemas que, incluso, «hay veces que no se puede celebrar el acto señalado». Por ello, propone sistemas «con mejores garantías de funcionamiento y que sean compatibles entre sí».

Asimismo, recuerda que la sustitución de las bajas «se demora en el tiempo», con consecuencias directas. «Un expediente puede pasar meses sin trabajarse, a la espera del nombramiento de un nuevo funcionario, que tendrá sobrecarga de trabajo», manifiesta.

Por último, reclama un mayor control de las horas de trabajo en los juzgados y un «mejor reparto» del trabajo. «La coparticipación de los procuradores en la ejecución de las sentencias, trabajar mano a mano junto con los LAJ en esta fase, sería toda una revolución en la tramitación de las ejecuciones», concluye.