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El granadino bar Ras de la Carrera del Darro, la calle más bonita del mundo, reparte un pellizco de 1,2 millones
Sesenta clientes llevan un décimo del 75981 vendido en Plaza Larga, y lo han celebrado con cava en el Paseo de los Tristes porque le han 'obligado' al dueño a cerrar el establecimiento
No ha sido una lluvia de millones pero sí un buen pellizco de euros lo que Fernando, del bar Ras de la Carrera del Darro ... de Granada, ha repartido de un cuarto premio del sorteo de Navidad. Y sus clientes, encantados, le han cerrado el bar para obligarle a celebrarlo en el Paseo de los Tristes.
Fernando, el dueño del bar Ras, en la Carrera del Darro, le compró a Bernabé, de la Administración de Lotería número 33 de Plaza Larga, en el Albaicín, 1.200 euros en décimos del número 75981. Este número ha sido agraciado con un cuarto premio del sorteo de la Lotería de Navidad, que ha dejado en el Albaicín de Granada más de tres millones de euros.
En el caso del bar Ras, cada uno de los sesenta clientes que decidieron comprar el décimo, verán recompensada su fe con 20.000 euros al décimo. Como eran sesenta los décimos que ha repartido en su establecimiento, Fernando ha repartido hoy con este cuarto premio un millón doscientos mil euros entre sus devotos clientes del bar Ras.
El bar Ras se encuentra ubicado en la Carrera del Darro, pegado a la parte trasera de la iglesia de San Pedro. Presenta un ambiente acogedor a orillas del río Darro bajo la Alhambra. «Es el lugar perfecto para disfrutar de las mejores tapas y comidas. En el bar Ras, la calidad y el buen gusto es nuestra mejor receta», expresa Fernando, que se encontraba este mediodía un tanto sincopado, contagiado por la alegría de este cuarto premio.
La secuencia tuvo su miga. Este premio salió cinco minutos antes de las doce del mediodía, justo cuando Fernando estaba preparando la faena del día. Desinfectaba mesas, preparaba sus ricas tapas y el servicio de raciones cuando entró uno de sus clientes de toda la vida para anunciarle la buena nueva. Todo fueron abrazos, sonrisas y hasta que alguna que otra lagrimilla por la emoción.
Rápidamente, hubo que tomar una decisión trascendental. «Y le hemos convencido para cerrar el bar, por lo menos, para celebrar este premio». Dichi y hecho, se reunieron más arriba del local del bar Ras, en la Carrera del Darro, y se congregaron en una de las terrazas del Paseo de los Tristes, que todavía no estaba operativa para los clientes. Corrió el cava a tutiplén, más risas y emociones. Se congregaron para esta fiesta exprés un total de quince personas, más de la mitad de ellos con un décimo del cuarto premio en su bolsillo.
Un día de fiesta larga
«Ya era hora. Ya era hora. Ya era hora». No se cansaba de repetir uno de los premiados con una mano en el móvil y con otra con el vaso de cava. «Francamente, con este año tan malo, ya era hora de que tuviéramos todos un poco de suerte», se congratulaba con una sonrisa de oreja a oreja. El día iba a ser de fiesta larga. Eso, seguro.
«Yo es que lo tengo guardado, el décimo, a buen recaudo, no vaya a ser que se me pierda. Y no se lo enseño a nadie, que veinte mil euros en este momento es un regalo de primera. Estamos encantados». A su lado, otro cliente, más entrado en edad, sacaba el décimo de una cartera abigarrada de papeles que no de billetes, lo enseñaba a quien se lo pedía, y lo volvía aguardar, encantado de la vida. «Sácame bajo la Alhambra, que hoy es un gran día».
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