Una semana de 'crisis' en la plaza del Carmen
Luis Salvador se empeña en negar la crisis del micrófono vacío y lo achaca a los medios, mientras que Sebastián Pérez se mantiene en lo dicho sobre el 2+2 y advierte de que a «buen entendedor pocas palabras bastan»
El periodismo consiste en contar las cosas como suceden y la política en disimularlas. Por eso algunas veces resulta tan complicado buscar un punto de ... encuentro entre políticos y periodistas. El jueves, Luis Salvador y Sebastián Pérez comparecieron con el resto del equipo de gobierno –solo faltó Carlos Ruiz Cosano por motivos laborales– para escenificar la cohesión dentro del bipartito. En cambio, a Pérez y Salvador no se les vio juntos –por ausencia del primero– ni en la entrega de los premios de turismo la noche de ese mismo día ni ayer en la visita de la corporación municipal a la basílica de las Angustias.
La rueda de prensa del jueves la emitió en directo por su página de Facebook la televisión municipal hasta el instante justo en el que el portavoz de Vox, Onofre Miralles, preguntó sutilmente en redes sociales por qué no se había ofrecido por streaming la suya. Después le explicaron que había sido casualmente la «decisión unilateral de un trabajador». Existe un precedente. También se difundió la comparecencia de Luis Salvador el 26 de agosto. El PSOE pidió en aquel momento explicaciones por escrito y el alcalde respondió que, sin haber sido una decisión política, su primera rueda de prensa tras el verano es un tema «de suficiente actualidad e interés mediático como para haber sido retransmitida».
El jueves, tras una hora y cuarenta minutos de comparecencia –y un poquito de paripé–, el alcalde terminó matizando sus alusiones a los medios de comunicación, a quienes emplazó a recoger sus palabras sin más interpretaciones. Paréntesis anecdótico: el rockero Silvio Fernández Melgarejo –muy del gusto de Sebastián Pérez– decía que de haber sido político habría sido un dictador, porque como no sabía escribir a máquina dictaría todos los discursos.
«En ningún momento he echado la culpa a la prensa. Simplemente he dicho que creo que, cuando un tema está maniqueado, también estoy en mi derecho de pensar que lo mejor para Granada son informaciones positivas», argumentó Salvador al estilo Van Gaal, aunque él sea más del Granada –y un pelín del Atleti–.
A Luis Salvador no le agrada que se hable del dos más dos.
–¿De verdad no cree que a los granadinos les importa? –cuestionó un reportero.
–No desvirtuemos las palabras que he dicho. Podemos parar un debate. Sobre este tema se ha informado ya sobradamente –respondió.
El alcalde piensa que el pulso de la alternancia es una elucubración de la prensa, que creyó ver una crisis tras la suspensión de la comparecencia del lunes con tan solo cuatro minutos de antelación. En realidad, ambos estaban allí. «Ha sido ver que se desconvoca una rueda de prensa y se venden más periódicos escribiendo de esto que preguntando a Sebastián Pérez o a mí», justificó Salvador.
Lo mismo es que sí se ha preguntado.
El líder del PP no se alteró al ser cuestionado por la alternancia: «Ya me he pronunciado, no puedo estar haciéndolo constantemente. Quien quiera que se quede con esos testimonios y quien no, pues no. A buen entendedor pocas palabras bastan», remató.
El debate del 2+2 sigue abierto. Y no solo por el empecinamiento de los periodistas. También se estira cuando los políticos esquivan con circunloquios las preguntas que se resuelven con un monosílabo. O, implícitamente, cuando Luis Salvador apela a su proyecto para 2031.
Otro paréntesis a modo de anécdota final. En mayo de 2013, el entonces alcalde de Granada, José Torres Hurtado, participó en Sevilla como invitado en un prestigioso fórum de reflexión. Fue el día en el que comparó a Juan Ignacio Zoido con un rotavátor. Aquella mañana, Torres Hurtado también sostuvo que pensaba seguir de candidato hasta 2031.
Son sólo casualidades. Nada es lo que parece.
EL PRONÓSTICO ANTE NOTARIO
El viernes se celebró el primer pleno que medía la gestión del bipartito. Entre otros puntos, salió adelante la reducción de los sueldos a parte de los directivos; unos puestos que aún no están resueltos y que se decidirán por concurso. Onofre Miralles exhibió una declaración ante un notario de Dúrcal que contiene su predicción con el resultado final. Esta crónica dominical hará la suya y otra semana entraremos en detalles. Al menos diez cargos directivos tienen ya nombres y apellidos; entre ellos hay –también al menos– tres personas que figuraron en las listas de mayo pero que no obtuvieron representación. Una es la popular Virginia Ortiz, concejala por un mes en el anterior mandato y que fue nombrada hace una semana gerente de la Fundación Granada Educa. Otro está muy relacionado con el deporte. Hay nombres que están ya en Gegsa o son funcionarios del Ayuntamiento y que desempeñarán tareas de coordinadores o directores generales; alguno lo está haciendo con una adscripción temporal. Y hay un candidato que a buen seguro Onofre Miralles habrá incluido en su lista ante notario y que tiene nombre de cantante sevillano que simpatiza con Vox.
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