Tercer día consecutivo de averías en los trenes en otra semana de caos ferroviario
Un convoy sufrió una avería cerca de Alamedilla y necesitó ser remolcado y los pasajeros fueron trasladados en autobús hasta Almería, su destino
Agosto ha empezado con mal pie, en lo que se refiere a servicios ferroviarios para Granada. En los primeros tres días de la semana se ... han ido sumando incidencias que vuelven a dejar en evidencia problemas en las conexiones por tren. El lunes, una avería impidió salir al primer AVE de la mañana y obligó a los pasajeros a viajar hasta Málaga, para desde allí emprender el camino hasta Madrid. Al día siguiente, un problema en la tensión de las catenarias en Sevilla afectó a nueve trenes, entre ellos uno de Granada, que llegó con ocho horas de retraso. Y ayer mismo, miércoles, tercera incidencia. Otro tren, en este caso un Intercity, que une Madrid con Almería, se quedó detenido a un kilómetro de Alamedilla y obligó a movilizar una máquina para remolcarlo a la estación.
Las incidencias ferroviarias no son aisladas en Granada, se están reproduciendo por toda España en los últimos meses. Pero en esta provincia tienen una incidencia más destacada precisamente por la escasa oferta de trenes que arrastra desde hace años. Cuando el horizonte parecía que empezaba a despejarse, con todos los tramos de la Variante de Loja en marcha, los contratos de estudio para la duplicación de la vía y el acuerdo para la integración del tren en la capital, la realidad del servicio borra de un plumazo cualquier optimismo.
El último incidente se registró ayer mismo a mediodía. En esta ocasión fue un tren –material rodante lo llaman– que se quedó detenido por algún tipo de incidencia sobre las 13.00. Unos minutos después, el 112 daba aviso a los municipios cercanos, en este caso Guadahortuna y Alamedilla, y a la Guardia Civil, para atender a los viajeros. La incidencia mecánica no afectó al aire acondicionado, por lo que Renfe decidió dejarlos dentro del tren donde estaban en buenas condiciones, aunque hubo alguna escena de nervios. Fuera, ola de calor en máximo apogeo de un 6 de agosto.
Para atenderlos, un equipo de quince agentes de la Guardia Civil se desplazó hasta el punto en el que estaba detenido el tren, en el emblemático Puente del Hacho de Guadahortuna. Hasta allí trasladaron los agentes agua embotellada facilitada por el Ayuntamiento de Alamedilla.
Una locomotora procedente de Almería se encargaba de remolcar el convoy hasta el apeadero de Alamedilla, en desuso desde hace más de una década, para que los usuarios pudieran seguir el trayecto hasta la capital. A las 17.00 horas llegaba la maquinaria para llevar a pulso al tren hasta el andén. En cuestión de quince minutos la Guardia Civil había desalojado los vagones. Se trataba de agentes del equipo Lince de Granada capital para prestar apoyo a los agentes desplegados, que provenían de Campotéjar y Guadix.
Tras salir de los vagones, los 190 pasajeros que viajaban en el convoy, tres de ellos con movilidad reducida, se montaron en tres autobuses que estaban ya esperando para trasladarlos hasta Almería, su destino final.
Para poder llevar a cabo esta operación, se trasladó a personal técnico para abrir la estación de Alamedilla, que lleva años en desuso. Posteriormente, el tren averiado sería trasladado hasta Moreda para inspeccionar la máquina. Los pasajeros pasaron finalmente cuatro horas encerrados en el tren, mientras se remolcaban los vagones.
Esta avería se registraba apenas unas horas después de que se solucionara la de la tarde anterior, que afectó a 2.200 pasajeros en total, en nueve trenes que conectaban Madrid y Andalucía. En el caso granadino afectó de lleno al Avant que partió a las 18.22 desde Andaluces con destino a la capital andaluza y que llegó con ocho horas de retraso a la capital andaluza, tras ser remolcado por otra máquina, tras perderse la corriente en las catenarias durante la tarde.
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