Una vecina de Ogíjares encuentra una serpiente de un metro en su vivienda
Se trata de la segunda culebra de herradura que aparece en un hogar de la provincia en tres días; es «inofensiva», pero suele atemorizar a los inquilinos
Susto mayúsculo el que se llevó una vecina de Ogíjares el fin de semana pasado; encontró una serpiente de un metro de longitud en su ... vivienda. Avisó a la Policía Local del municipio, que capturó al animal y lo devolvió a su hábitat. Se trata de una culebra de herradura, el mismo tipo que apareció tres días antes en otra vivienda de Guadix.
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La Policía Local de Ogíjares recibió el pasado viernes el aviso de una mujer que se encontraba «muy nerviosa» tras el hallazgo de una serpiente. Estaba «atemorizada» y quería marcharse del domicilio mientras el animal siguiera allí. Los agentes se desplazaron hasta el lugar y la capturaron con sus propios medios, según han explicado a este periódico. Una vez capturada, fue devuelta al campo.
Generalmente la conducen con cepillos y recogedores hacia una caja, o la atrapan con unas pinzas o dispositivo similar, siempre con cuidado de no causarle lesiones. «La mujer aseguraba que la había intentado atacar al sentirse acorralada», detalla el Cuerpo, que ya capturó una culebra bastarda en una piscina del municipio en octubre de 2022.
«Totalmente inofensiva»
Preguntado por este hallazgo, Raúl León, biólogo y divulgador, explica que la culebra de herradura es «totalmente inofensiva». Es frecuente en las zonas urbanas, debido a que se adaptan bien a los lugares habitados. «Huyen rápidamente, he visto muchas en Granada. Eso sí, si se la arrincona u hostiga con un palo se enrosca y se pone en posición defensiva, advirtiendo de que puede morder, como haría cualquier animal», detalla.
Suelen hibernar en los meses fríos y están más activas con la llegada del buen tiempo, aunque con los cambios de temperatura registrados estos últimos años hay «días de sol en enero en los que se asoman». Aún así, marzo, abril y mayo son los meses en los que más se mueven, también por coincidir con su época de reproducción.
«Pueden aparecer en las casas por múltiples motivos: porque otra especie la ha echado de su sitio y está buscando otro lugar; por buscar alimento; por haberse asustado por un coche; por querer beber agua y llegar a un patio húmedo… No se puede saber», explica Raúl León.
El experto incide en que estos animales son «beneficiosos» por controlar la población de roedores, ya que se alimentan de ellos. En consecuencia, disminuye la transmisión de las enfermedades que transfieren las garrapatas, por ejemplo. «La gente se pone nerviosa al verlas, pero tenemos que pensar que son un animal más, sin mala intención, aunque se las tache de peligrosas. No quieren encontrarse con nosotros, huyen», detalla el biólogo. En caso de encontrarlas en casa debemos cerrar la puerta de la habitación y llamar a las autoridades, pero nunca hacerle daño.
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