El amianto, veneno en la piel de Granada
La Policía Autonómica ha detectado en los últimos tres años 26 infracciones a empresas y particulares de Granada por tratar indebidamente este material tóxico
Sergio González Hueso
Granada
Domingo, 8 de marzo 2020, 02:45
Dos operarios habían desaparecido en el vertedero de Zaldíbar (Bizkaia) después de que se produjera un derrumbe. Estaban en marcha las operaciones de búsqueda y rescate cuando, de repente, estas tuvieron que detenerse de manera radical ... . Había amianto tirado de cualquier manera. Sucedió el mes pasado.
Algunos años antes ocurrió lo mismo en la capital de España. Un incendio asoló la por entonces famosa Torre Windsor, edificio construido en los 70 y que representaba la modernidad de un país que se quedó entero pegado a la televisión viendo el efecto devastador de las llamas aquel fatídico febrero de 2005. Después de que todo ardiera, en el proceso de demolición pasó lo mismo. Todos los sindicatos lanzaron la voz de alarma: el mismo material estaba allí y nadie estaba preparado para manipularlo con seguridad.
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Actualmente la presencia del amianto sigue estando casi omnipresente en las ciudades. Este material suele encontrarse en las tuberías, los depósitos o las cubiertas. Teniendo en cuenta que su uso es relativamente moderno en la construcción española, hoy es muy difícil estimar en qué volumen se concentra. En Granada no existe ningún informe que precise cuál es la cantidad de amianto que hay en edificios, naves industriales, cañerías o centros escolares. Si bien la Diputación elaboró un análisis en el que se daba una cifra: hay al menos mil kilómetros de conducciones de agua fabricadas con fibrocemento. Según explica el catedrático de Historia de la Ciencia de la Universidad de Granada, Alfredo Menéndez Navarro, quien además es experto en esta materia, un 75% del amianto que se encuentra en la piel de las ciudades está presente en forma de este material que se emplea por encima de todo para revestir o aislar numerosas estructuras.
Las cubiertas de uralitas son un buen ejemplo de ello. En la ciudad hay algunas señeras, en su mayoría existentes en edificios de entre 50 o 60 años de antigüedad. Sin ir más lejos, el antiguo palacio del cine, ubicado junto a la plaza Gracia, cuenta con una de estas cubiertas con un material que es muy peligroso. Menéndez, que además es director del departamento de Anatomía Patológica e Historia de la Ciencia, explica que el amianto es el «principal cancerígeno laboral». De hecho sus partículas están detrás de un tipo de cáncer específico. Si bien deja claro que este material solo produce problemas cuando libera sus partículas al aire. Y esto puede pasar por dos motivos:que la instalación esté al final de su vida útil o que se desmantele sin que se tenga en cuenta los protocolos de seguridad pertinentes.
Por poner ejemplos: cortar una uralita con una radial no es buena idea. La peligrosidad de este tipo de residuos de efectos contaminantes y con riesgo para la salud de las personas está contemplada a nivel estatal en la Ley 10/1998, de 21 de abril de Residuos, junto al Decreto 73/2012 de 20 de marzo por el que se aprueba el Reglamento de Residuos de Andalucía. En la norma se acota el procedimiento de retirada y manipulación de las placas con amianto o fibrocemento: deben ser empresas especializadas las que lo hagan.
Las infracciones
Actualmente existen en Granada 33 mercantiles autorizadas para llevar a cabo estos trabajos. Son las inscritas en el RERA, el Registro de Empresas con Riesgo de Amianto. Francisco Garrido es gerente de Gestión Integral De Amianto, una de las firmas granadinas que están especializadas en la retirada de este material. Señala que en la provincia queda una «barbaridad» aún en canalizaciones o cubiertas.
Su empresa lleva desde el año 2012 encargada en prestar este servicio. Según explica, en el tratamiento del amianto entran varias cosas en juego. Por un lado está la seguridad de los trabajadores y por otro el del medio ambiente. Para evitar el riesgo para las personas estas empresas manipulan el fibrocemento con medidas de seguridad muy estrictas. «Usamos equipos de protección individual, y luego sabemos qué cosas no se deben hacer para que no se emitan las peligrosas fibras», cuenta Garrido.
El procedimiento que se sigue es siempre el mismo. No solo hay que retirar estas piezas con seguridad, también hay que deshacerse de ellas del mismo modo.Garrido indica que el material retirado se transporta tapado y se lleva a vertederos específicos. En Andalucía hay dos: enCórdoba y Cádiz. Allí se quedan bajo una montaña de arena.
El problema viene cuando la retirada de amianto la hace un particular. Entonces no solo se arriesga a aspirar partículas muy contaminantes sino también a recibir una sanción por parte del Ejecutivo andaluz. Es la Unidad de Policía Adscrita a la Junta de Andalucía la competente en la materia. Según los datos disponibles, en los últimos tres años se han detectado 26 infracciones por deshacerse de uralitas haciendo caso omiso de la normativa. Se registró mala praxis en Granada, Policar, Padul Alhendín, Motril, Maracena, Colomera, Albolote, Iznalloz, Jerez del Marquesado, La Zubia, Huetor Santillán, Guadix, El Fargue o Santa Fe, entre otros.
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