Los padres y profesores de una niña de Granada tuvieron que escoltarla por el acoso de otras chicas
La cuatro agresoras, una de las cuales hizo 40 llamadas amenazantes a la víctima, condenadas por delitos contra la integridad moral, lesiones y obstrucción a la justicia
El 'pecado' de la adolescente fue hablar con el novio de una de las cuatro menores que, a partir de ese instante, iban a ... convertirse en su pesadilla. Durante tres meses, le hicieron la vida imposible: bofetadas, palizas, decenas de llamadas amenazantes de este tipo: «Te voy a coger y te voy a matar».
En un principio, la víctima no dijo nada a sus padres, pero el hostigamiento no se detuvo. Asustada por el asedio, la joven habló y el asunto llegó a la Fiscalía de Menores de Granada, que abrió unas diligencias. Pero ni siquiera entonces cesó la persecución: las agresoras se acercaban hasta el instituto en el que estudiaba la perjudicada, ubicado en la capital granadina, y aguardaban a que saliera para seguir intimidándola y exigirle que retirase la denuncia. Tan es así, que los padres de la afectada y sus profesores tuvieron que escoltarla para protegerla de las acosadoras.
Sucesos en Granada
Los hechos ocurrieron entre octubre y diciembre de 2018. Finalmente, las cuatro investigadas fueron procesadas y tuvieron que sentarse en el banquillo. No fue necesario que el juzgado celebrase la vista oral. Las encausadas reconocieron su culpa y fueron condenadas a 18 meses de libertad vigilada por los delitos de lesiones, contra la integridad moral y obstrucción a la justicia, ya que intentaron, mediante coacciones, que la víctima se retractarse, pero no lo consiguieron.
La sentencia también ordena que las agresoras no se acerquen a menos de 200 metros de la perjudicada y prohibe que se comuniquen con ella «por cualquier medio, directamente o través de terceras personas», precisa la resolución judicial.
Durante los 18 meses que permanezcan en libertad vigilada, las cuatro menores estarán controladas constantemente por educadores que supervisarán su rendimiento escolar, sus salidas o sus compañías y, en el supuesto de que no cumplan las normas, pueden volver a ser juzgadas por desobediencia.
El caso que ahora ha zanjado definitivamente la justicia –al haberse conformado las acusadas con las peticiones de la fiscalía, el fallo no admite recurso– tuvo su origen en un hecho aparentemente trivial: la víctima mantuvo una conversación con el novio de una de las procesadas y eso derivó en una pelea. A partir de ese momento, la damnificada comenzó a recibir insultos a través de Istagram y fue agredida en dos ocasiones.
Posteriormente, una de las ahora condenadas llamó más de cuarenta veces a la niña perjudicada para intimidarla. «Te voy a coger y te voy a matar», le dijo.
Como el acoso no menguaba, la joven se decidió a denunciar y las acusadas se fueron de nuevo a por ella y volvieron a golpearla y humillarla en plena calle. Querían forzarla para que retirase la acusación. No lo lograron, pero siguieron insistiendo. «Han ido en numerosas ocasiones a la salida del colegio para intimidarla, debiendo ser acompañada por su tutora y sus padres para evitar a los menores», dice la sentencia.
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