El PSOE gana en la capital de Granada y el alcalde lo decidirá Cs

Paco Cuenca logró ayer la primera victoria socialista en unas municipales desde la de Antonio Jara en 1987. Afianzó así la tendencia de las generales del pasado 28 de abril, subió incluso siete puntos sobre el resultado de 2015 e incrementó la representación en dos concejales. Prácticamente, el mejor escenario en el que se movían las encuestas internas del PSOE y las cábalas que hacía el propio Cuenca antes de empezar la campaña: que los números le alcanzaran para poder negociar. Los socialistas ya dieron muestras de que llevaban ventaja pero insuficiente cuando, en la recta final, anunciaron que el 3 de junio se pondrán a la venta los billetes del AVE, aunque sin concretar para qué día. Cuenca ha estado algo desasistido durante la campaña. No ha venido ningún ministro y sólo la secretaria de los socialistas andaluces, Susana Díaz, le acompañó el día de cierre, pero ni siquiera en el mitin final. El alcalde en funciones optó por una campaña de perfil más institucional, moderada, sin rememorar los casos de presunta corrupción en la etapa de José Torres Hurtado; y eso que horas antes de la pega de carteles se conoció la fecha del juicio del Serrallo.

A tenor del resultado, tampoco se puede decir que no le haya funcionado. Sin embargo, ha hecho mella en el PSOE el excesivo fraccionamiento de las fuerzas de izquierda o de corte progresista. Entre todas esas formaciones minoritarias han sumado casi el 6% de los votos; lo justo para tener un concejal y que el bloque de izquierda hubiese aglutinado la mayoría absoluta.

La participación fue un punto superior a las municipales de 2015, aunque 17 por debajo a las recientes generales. ¿Qué electorado se quedó en casa? Paco Cuenca pidió por redes sociales que se acudiera a las urnas dos horas antes de que cerrasen los colegios. En cambio, en el equipo de campaña del PP había cierta tranquilidad a media tarde.

Sebastián Pérez calcó en porcentaje el apoyo de Pablo Casado el 28 de abril, pero con 7.500 votos menos. Sobre las pasadas municipales retrocede más de doce puntos y pierde cuatro concejales. Los siete ediles están por encima de los últimos datos que manejaba el PP regional y, sobre todo, permiten sumar al bloque de derecha. También a Pérez le ha lastrado la fragmentación. Ayer mismo, el PP obtuvo cinco mil papeletas más en la urna de las Europeas. Con tan sólo sumarle al PP los 3.235 votos insuficientes que arañó su exconcejal Juan García Montero, Sebastián Pérez tendría ocho ediles para sentarse a negociar desde otra posición. De entrada, anoche se veía alcalde.

Ciudadanos partía con la perspectiva de tener un voto más que el PP para postularse incluso a la alcaldía, pero la formación naranja se estancó ayer. Y eso que fue la que mayor intensidad metió a la campaña, con la visita de Inés Arrimadas. Luis Salvador apenas obtiene un punto y 500 votos más que en 2015. Fue el último de los protagonistas en comparecer en rueda de prensa, pasada la una de la mañana.

Sí entra con fuerza Vox en su segundas municipales, aunque la primera con expectativas reales. Bajó sobre el porcentaje de las generales –algo previsible– pero la lista de Onofre Miralles obtuvo tres concejales y pueden ser determinantes si finalmente se confirma la alianza de derecha.

Muy lejos se quedaron el resto de formaciones –hasta 13– que concurrían a la alcaldía de la capital. La propuesta de Juan García Montero fue la sexta fuerza, aunque le faltaron dos puntos para tener si quiera derecho a entrar en el reparto. Sus encuestas internas –las que decía manejar– le daban dos concejales.

Y Marta Gutiérrez no consiguió mantener a 'Vamos, Granada' dentro del Ayuntamiento y le sucedió algo similar a lo ocurrido con Mayte Olalla y UPyD en 2015. El resto de formaciones ni siquiera llegaron al 1%.

Ayer votaron los granadinos –el 60,7% de los que tenían derecho– y ahora serán los partidos lo que negocien el futuro alcalde.