Muere Antonio Bailón, figura histórica del fútbol granadino

Antonio Bailón fue un caso sin demasiados precedentes, si no único, en la historia del fútbol, presidente del Vandalia durante 46 años, desde 1963 hasta 2009. Antes fue futbolista del club, una pasión que compaginó con su oficio como comerciante. Bajo su dirección, los 'vándalos' celebraron dos ascensos a Tercera división: en 1967, cuando la categoría equivalía a la Segunda B actual; y en 1997, por un periplo se extendió durante ocho temporadas. Durante todos estos años se granjeó el cariño y la admiración tanto de la familia del Vandalia de Peligros como del resto de clubes de la provincia, reconocido como una persona buena y auténticamente apasionada por el fútbol real.

El Vandalia de Peligros, el segundo club más antiguo de la provincia tras el Numancia por un año, celebró en 2019 su noventa aniversario. Tuvo en Antonio Bailón a un presidente incansable, un apasionado del fútbol modesto que dedicó todos sus esfuerzos durante más de cuatro décadas a la viabilidad de la entidad. Fue Manolo Quirós, exjugador del equipo, quien en 1963 le animó para que asumiera la presidencia y reinscribiera al equipo en las competiciones federadas de las que había dejado de participar con la anterior directiva. La afición de Bailón por el FC Barcelona hizo que apostase por el azulgrana como color de su primera equipación.

A los tres años de su nombramiento como presidente, el Vandalia conseguiría su primer gran éxito: un ascenso a Tercera, con triunfos ante Puerto Real y Chiclanero, inaudito para un pueblo en el que para entonces apenas vivían 3.000 habitantes. El granadinismo de Antonio Bailón, fallecido como socio del club rojiblanco, quedó patenta ya en aquella promoción con la asistencia de la directiva del Granada al estadio, acordando un posterior homenaje en Los Cármenes. Tres décadas más tarde, ambos equipos llegarían a enfrentarse en la categoría de bronce, de la que los 'vándalos' sólo disfrutaron un año en la 1967/68, de vuelta en la 1996/07 tras varios intentos.

Antonio Bailón dejó la presidencia en el año 2009 por su edad tras 46 años al frente del Vandalia como el presidente más longevo de toda la historia del fútbol español. Recibió un homenaje en el teatro Pablo Neruda de Peligros rodeado por sus paisanos, que le adoraban. Acudió al mismo una representación del Granada CF, con los directivos Juan Carlos Cordero y Javier Jiménez, el entonces entrenador Abel Resino y jugadores como Siqueira o Roberto, quienes le hicieron entrega de una placa y una camiseta con el dorsal '1' y su nombre. También se sumaron al homenaje la Asociación de la Prensa Deportiva de Granada, las federaciones andaluza y granadina de fútbol y veteranos tanto del Vandalia como del Granada CF, presentes Antonaya, Castellanos y Pedro Fernández. Esa noche recibió de Antonio Arenas, que tomó su relevo hasta 2013, la presidencia de honor.

Su hijo José Manuel, muy emocionado, apenas acertaba este mediodía a describirlo como «el mejor padre posible, como para cualquier hijo» y sobre todo como «una persona muy querida». Miguel Sánchez Haro, actual presidente del Vandalia de Peligros, lo recuerda como «lo más grande». «Es el emblema más grande que ha tenido el club en su historia. Antonio fue todo lo que un club quiere tener. Hay que sentir mucho los colores para vivir las cosas que él ha vivido», apunta. El historiador Antonio Lasso lo rememora como «una muy buena persona y un muy buen amigo en todos los ámbitos, un gran aficionado al fútbol modesto que todo el mundo conocía porque era muy agradable en el trato».

José Manuel Molina Maza, presidente de la Federación Granadina de Fútbol, recuerda la bella amistad que entablaron cuando él aún era presidente del Arenas de Armilla. «Me dio muchos consejos con toda la ilusión del mundo para que aprendiera de su sabiduría, a pesar de que luego fuésemos rivales en los partidos. Fue un ejemplo de deportividad, aunque sufría; el fútbol fue su pasión. Le recuerdo con su periódico, siempre detrás de la portería; le gustaba ver los partidos solo y luego comentarlos, invitando a bocadillos de atún con tomate», rememora.

«Estuvo 46 años al frente del Vandalia y lo dejó por su edad tan avanzada, no por otra cosa, porque ilusión tenía. Fue muy honesto y honrado, le quería todo el mundo: clubes, jugadores, Federación… Nunca tuvo un problema. Todo el mundo le respetó siempre, y él respetó a todo el mundo. Nunca pisó a nadie por su propio interés. Era su manera de ser. Un ejemplo para todos», lo venera José Manuel Molina Maza. Sus ojos azules seguirán viendo al Vandalia desde el cielo. Descanse en paz.