El Real Madrid llega vivo al clásico tras pasar del éxtasis a la agonía

Asistió el viejo rockero del Celta a Swedberg en el tanto que puso al bloque vigués a tiro de piedra de su adversario, minutos más tarde de que Javi Rodríguez, todavía con el '10' esperando su turno en el banquillo, aprovechase un balón suelto a la salida de un córner que no era para recortar distancias. Sirvió el de Moaña poco después de la diana de Swedberg una fantástica ocasión para que empatase Pablo Durán, cuyo disparo frenó con muchísimos apuros Courtois, y probó luego fortuna con un remate en cuyo camino hacia la red volvió a interponerse el cancerbero.

Al guardameta belga, que había dejado otras dos grandes intervenciones antes, tuvo que acabar por encomendarse para sostener el triunfo un Real Madrid que había completado una brillante primera hora de encuentro de la mano de un magistral Arda Güler y un mortífero Mbappé, pero que se confío más de la cuenta y terminó llevándose un susto morrocotudo a fin de poner a buen recaudo tres puntos que le permiten mantenerse en pie en una liza cuyo desenlace queda sujeto a lo que ocurra el próximo domingo ante el Barça en un clásico decisivo.

Llegaba muy presionado el Real Madrid al choque tras la victoria del Barça en Zorrilla y la derrota en la final de Copa, pero los blancos disiparon los nubarrones en una primera parte de neto perfil ofensivo. A los ocho minutos, ambos conjuntos habían dispuesto ya de tres ocasiones claras por bando para abrir el marcador. Las tuvo el Celta con dos remates de cabeza de Marcos Alonso a la salida de sendos córners y con un pase filtrado de Mingueza a Borja Iglesias, al que Asencio detuvo cuando el gallego se disponía a enfilar a Courtois. Respondió el Real Madrid con una espectacular chilena de Arda Güler tras servicio atrás de Vinicius, con un centro de Lucas Vázquez buscando la llegada del '7' que mandó a córner Guaita tras tocar en un zaguero del Celta y con un testarazo de Tchouaméni que se fue por poco.

El espíritu expansivo del Celta de Giráldez y las urgencias que tenía el Real Madrid abonaban un toma y daca que permitió disfrutar de un espectacular intercambio de ataques en el que desplegaron valentía los jóvenes talentos celestes y en el que Arda Güler volvió a frotar la lámpara con un zurdazo a la escuadra que puso en ventaja al cuadro de Chamartín.

El golazo del otomano no arredró al Celta, que mantuvo su idiosincrasia ofensiva y pudo empatar con un remate envenenado de Borja Iglesias, pero que se llevó otro rapapolvo después de que Courtois contuviese el disparo del delantero gallego y los blancos precipitasen un contragolpe mortal que culminó Mbappé mandando un derechazo inapelable a la misma zona contra la que antes había dirigido Arda Güler su zurdazo.

Asumía un riesgo monumental el Celta descubriéndose tanto frente a un rival que habitualmente resulta letal con espacios, lo que volvió a pasar factura al cuadro de Giráldez nada más iniciarse la segunda parte cuando Arda Güler entregó un pase soberbio a Mbappé, que ganó en velocidad a los zagueros visitantes y definió cruzando a la red. Ahí parecieron expirar definitivamente las opciones del Celta, que sin embargo volvió a la vida con la irrupción de un Iago Aspas tan majestuoso como siempre y llevó al límite del sufrimiento a un Real Madrid que sigue aferrándose a un clavo ardiendo.