La historia tras los misteriosos caballos en Sierra Nevada del último videoclip de Dellafuente

Julia Torres es una apasionada de los animales y la naturaleza. Concretamente, del mundo ecuestre. Compagina sus estudios en Biología con sus análisis sobre el terreno de los distintos especímenes que poblan el Parque Nacional de Sierra Nevada. Unas labores que forman parte de la investigación para su trabajo de fin de grado, que busca profundizar sobre las conductas de comportamiento de los caballos en un entorno de alta montaña y temperaturas extremas. «Son capaces de adaptarse a la altitud y a unas condiciones de vida muy duras. Es un animal con un valor biológico tremendo que nos ayuda a comprender nuestra naturaleza», explica ella misma a IDEAL.

La casi bióloga -Julia se encuentra cursando el último año de la carrera- sostiene que en Sierra Nevada siempre ha habido caballos salvajes. Cuando utiliza términos como 'salvaje' o 'silvestre', se refiere a equinos que viven plenamente libres, sin dueño, por las laderas del parque.. «De ahí vienen nombres como la Laguna de las Yeguas o el Cerro del Caballo. Actualmente, hay muchas manadas. Yo hago un seguimiento de alrededor de un centenar de caballos asilvestrados. No implica que mantengan una conducta feroz o brava. Los identifico y sigo sus movimientos», explica. Todo su trabajo lo comparte en Instagram bajo la cuenta @equiferal.

Lo hace sobre el terreno, aproximándose todo lo posible a los caballos sin llegar a ahuyentarlos, desde hace dos años. Debido a su dedicación, Julia ya es capaz de distinguir cada animal prácticamente con fijarse en su rostro. Así lo demuestra cuando hace clic en el videoclip de 'Malicia'. «Lo vi por casualidad y me encontré con Murphy, un macho que ronda la carretera que lleva a Pradollano. También aparecen sus yeguas Nebalis, Retama o Jemista. Conforman una manada muy especial. De las primeras que empecé a seguir en Sierra Nevada», aclara.

A la investigadora no se le escapa un detalle de sus objetivos. Estudia la evolución de la población equina, su distribución geográfica con ayuda de indicadores GPS o la parasitología de la zona. Campos que contribuyen a lograr una radiografía completa del caballo de Sierra Nevada. «Con este tipo de datos puedo conocer mejor el impacto que tiene este animal en su ecosistema. Es una manera de descubrir cómo podemos cuidar de una manera respetuosa y eficiente nuestro entorno en base a las conclusiones obtenidas. La conservación del parque y su biodiversidad debería ser una prioridad», relata Julia.

La comunidad equina juega un papel fundamental en Sierra Nevada. Según la bióloga, su alimentación de pasto ayuda a prevenir incendios en la ladera. Un punto a favor que nada tiene que ver con la intervención humana. «Las especies generan beneficios ecosistémicos. Este es uno de tantos que, si lo estudiamos lo suficiente como para comprenderlo, nos puede servir para sacarle partido y hacer del parque un lugar más seguro y respetuoso con el medio ambiente», razona.

Dicha condición ha valido para ser nombrada como la única zona protegida de España reconocida entre las mejores del planeta por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Una distinción medioambiental de la que estar orgullosos gracias a la labor diaria de los trabajadores del Parque Nacional de Sierra Nevada. También de Julia, una experta formada en la UGR cuya pasión convierte al caballo granadino en un animal de culto. Así lo refleja el propio Dellafuente.