Granada recupera el Arqueológico ocho años después

La reapertura, que las administraciones han hecho coincidir con el Día de los Museos, permite al público conocer la Casa de Castril, uno de los edificios más representativos de la Carrera del Darro. El patio principal y tres de las salas que lo rodean han sido remozados en un proceso que se ha extendido ocho años y que en los primeros tiempos enfrentó a las instituciones. Este viernes los representantes de Cultura y de la Junta, sin embargo, han celebrado la cooperación entre administraciones para recuperar uno de los museos más antiguos del país.

El consejero de Cultura, Miguel Ángel Vázquez, ha destacado el «importante esfuerzo que ha hecho la Junta para acompañar al Gobierno en la reapertura» y ha destacado que se trata de «un paso más» en la recuperación para Granada de un centro «con unos fondos maravillosos». El responsable autonómico ha puesto sobre la mesa también el compromiso para continuar la rehabilitación y ha recordado las palabras del secretario de estado de Cultura, que en su última visita se comprometió a realizar la inversión necesaria antes de que culmine la legislatura.

Junto a él, el director general de Bellas Artes y Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura, Luis Lafuente, ha puesto al Arqueológico como «ejemplo» de la colaboración entre ambas administraciones y ha tomado el guante de Vázquez al reafirmar el compromiso gubernamental para iniciar los trámites de la segunda fase de restauración en esta legislatura.

Por su parte, el alcalde de Granada, Francisco Cuenca, ha celebrado la recuperación de un museo de rango «nacional e internacional» y lo ha señalado como prueba de que el Consistorio está cumpliendo «con los compromisos» tal y como se propuso a su llegada y como ya hizo con la llegada del Legado Lorca.

La reapertura, al margen de las manifestaciones institucionales, permite a los granadinos adentrarse en uno de los edificios más singulares de la ciudad, que luce en parte recuperado y con sus mejores galas. El patio ha sido acondicionado en su conjunto, con especial dedicación y cuidado en la fuente central, y acoge una de las piezas que nunca antes habían podido contemplar los granadinos, el mayor de los mosaicos hallados en los Mondragones.

También están recuperadas las tres estancias que los rodean, que albergan una museografia de última generación en la que se exponen las 150 joyas de los fondos que se exhibirán a partir de ahora. El recorrido se inicia en la prehistoria y revisa, con cartelería y pequeños textos explicativos, piezas como el famoso molar de homínido hallado en el barranco del León, la diadema de la cueva de los Murciélagos de Albuñol o la estela de Fonelas.

Las culturas protoibéricas, fenicias y griegas son las protagonistas en la segunda sala. Allí, el público puede disfrutar de obras maestras como la coraza griega de Almuñécar, el alabastron de Tokelot II y todo un juego cerámico aparecido en la Necrópolis de Laurita así como el mítico toro de Arjona, una de las joyas más reconocibles del museo. El recorrido culmina en el pasado romano, visigodo y nazarí en la tercera sala. Lo hace además por todo lo alto con auténticos tesoros como el Togado de Periate o el astrolabio de Ibn Zawal.

«Es una muestra de una de las colecciones arqueológicas más importantes que hay no sólo en Andalucía sino en el resto de España», ha destacado Isidro Toro Moyano, director del museo, que ha reconocido sentirse «muy feliz» por una reapertura que devuelve a Granada la memoria de su pasado.