El primer enfermero andaluz vacunado
Carlos Romero trabaja como enfermero para las residencias de ancianos de Londres, se inyectó la vacuna de Pfizer el 17 de diciembre y espera para recibir su segunda dosis
álvaro lópez
Jueves, 24 de diciembre 2020, 00:17
El pasado 9 de diciembre, Margaret Keenan entró en la historia a sus 90 años por ser la primera persona vacunada contra la Covid-19 ... en el Reino Unido. Su nombre irá siempre asociado a una noticia que evoca esperanza a la humanidad y que ha abierto el camino para que la población pueda vacunarse contra el coronavirus sin miedo. Entre quienes ya han pasado por ello se encuentra un andaluz, concretamente de Huelva, llamado Carlos Romero.
Romero, que vive en Londres y tiene 42 años, lleva seis ejerciendo como enfermero en Reino Unido. Su experiencia, como la de Margaret Keenan, le hace ser una de las primeras personas vacunadas contra la Covid-19 en todo el mundo. El pasado día 17 le inyectaron el suero que Pfizer ha desplegado por tierras británicas, aunque al ser dos dosis, aún debe recibir la segunda, para lo que deberá esperar al menos 21 días.
Trabaja desde casa, pero forma parte de un equipo de respuesta rápida para las residencias de ancianos. «Si ocurre algo, y me necesitan, yo voy. Allí les valoro y decido qué hacer con ellos, si llevarlos al hospital o dejarlos en la residencia», explica a IDEAL. Por su condición de sanitario –trabaja como 'care home supporting', un equipo de apoyo a las residencias de ancianos– lleva todo 2020 batallando contra el coronavirus, lo que le ha hecho vivir un carrusel de emociones. «Cuando creamos el equipo para la pandemia, murió muchísima gente. Hay residencias con 90 ancianos que se quedaron medio vacías». Confiesa que les ha tocado enfrentarse a una situación «bastante delicada».
Pero la esperanza ha comenzado a abrirse paso gracias a vacunas como la que él ya se ha inyectado. Gracias a un procedimiento muy detallado y medido, el cuerpo de Carlos ya está empezando a crear anticuerpos contra la Covid-19. «Sabíamos que venía la vacuna a principios de diciembre y supe que, por ser miembro de los sanitarios que trabajan con personas mayores de 80 años, iba a ser de los primeros en vacunarme», explica. Además, «desde hace semanas, se nos han proporcionado kits para hacernos pruebas del coronavirus».
La vacuna
El método que está siguiendo Reino Unido para suministrar las vacunas tiene varias fases. «Debes rellenar un formulario y decir si eres persona de riesgo. Después, hay que aportar tus datos, se hace una valoración y te dan una cita». Una vez asignado el día y la hora, el procedimiento es extremadamente meticuloso. «La cita es muy exacta porque debe durar exactamente 15 minutos. Está bastante bien organizado», reconoce Carlos.
Antes de acudir a vacunarse, «nos advirtieron sobre los efectos secundarios, pero no hay grandes preocupaciones sobre ellos. Hay millones de personas vacunas y hay muy pocos casos con efectos adversos». Él no dudó a la hora de administrarse la dosis, pero sí admite que !hablando con los trabajadores de las residencias, hay muchísimos que no se quieren vacunar y eso va a ser un gran problema. Porque aquí el objetivo es sobre todo proteger a los mayores de 80 años».
A la hora de ponerse la vacuna de Pfizer, lo que más le llamó la atención fue que estaba «muy fría». El sanitario cuenta que «cuando te la inyectan en el músculo es incómodo y los días siguientes sientes algo de dolor, pero es algo normal que ocurre con otras vacunas». No obstante, sí que tiene algunas molestias en el brazo, un síntoma que también comparten más enfermeros que se han vacunado. Al mismo tiempo, dice haberse sentido «un poco más cansado de lo normal, pero ningún otro síntoma. Me ha pasado lo que me esperaba que me pasase».
Por logística, dice Carlos, «la vacuna de Pfizer es imposible poder repartirla por las residencias de ancianos. Por ahora, lo que se hace es vacunar a los sanitarios que trabajan con los mayores. Además, dado que Londres está en el grado máximo de alerta, hay profesionales médicos que no tienen permitido acudir a las residencias». Una cuestión que preocupa, pero que no le impide ser positivo de cara al futuro inmediato.
Sin miedo
Ni siquiera a pesar de la última mutación del coronavirus. Según su experiencia, «no hay que entrar en pánico, porque lleva aquí desde septiembre y no hemos notado nada». Carlos Romero se muestra optimista y cree que «todo irá a mejor en unos meses» pese a que «el virus ha mutado, pero al 99,9% es el mismo. Pensamos que la vacuna funcionará». Por eso, se atreve a vaticinar que en seis meses habrá una gran parte de la población que ya esté vacunada.
Algo que será positivo para todos, especialmente para los sanitarios entre los que se cuentan su madre y su hermano que también son enfermeros y trabajan en nuestro país. Él, por su parte, tras tanto tiempo en Reino Unido, no descarta volver a España, pero lamenta que, pese a su formación y su carrera, si tuviese que regresar, algo que le encantaría, tendría que «dar un salto atrás de muchos años y empezar de cero». Una reivindicación que suena legítima en boca de alguien que se desvive por la salud de los demás.
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