Granada CF | La crónica
Alcaraz encarga otra rondaUn tanto de cabeza del centrocampista en el acto definitivo da el pase en la Copa a la 'segunda unidad' del Granada en un partido bastante exigente ante el Tenerife
Rubén Alcaraz encargó otra ronda en la Copa del Rey. Un tanto de cabeza del centrocampista catalán en el acto definitivo, justo antes de provocar ... un córner en un lanzamiento de falta suyo de gran dureza, dio el pase a la siguiente eliminatoria a la 'segunda unidad' del Granada, un equipo cargado de suplentes que dio la talla en un partido bastante exigente ante el Tenerife, líder de su grupo en Primera Federación. A los rojiblancos les faltó algo de ritmo y no siempre mostraron la mejor compenetración ni profundidad, aunque no hubo pifias de consideración y esto es mucho cuando el resultado es corto.
Solo Oscar repetía, pero aunque eran todo suplentes, ninguno aparecía en posiciones disparatadas. Todo en orden y el joven Juan José Flores de central zurda, un chico prudente que cometió un exceso de riesgo en una conducción temprana que permitió ver, desde muy pronto, la potencia de Balde.
CD Tenerife
De Vuyst; César, Landazuri, José León, Zoilo (Guillem Trilla, m. 85); Calavera, Juanjo, Balde (Noel López, m. 56), Jeremy (Alassan, m. 57); Maikel Mesa (De Miguel, m. 76) y Fran Sabina (Enric Gallego, m. 76).
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Granada CF
Luca Zidane; Pau Casadesús, Oscar Naasei (Loïc Williams, m. 46), Flores (Manu Lama, m. 73), Hormigo; Rubén Alcaraz, Manu Trigueros, Luka Gagnidze; Pablo Sáenz (Álex Sola, m. 73), Rodelas (Souleymane Faye, m. 77) y Bouldini (José Arnaiz, m. 46).
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GOL: 0-1, m. 61: Rubén Alcaraz.
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ÁRBITRO: Manuel Ángel Pérez (comité madrileño). Amonestó al local Jeremy (m. 45); y a los visitantes Oscar Naasei (m. 32), Hormigo (m. 48), Flores (m. 73).
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INCIDENCIAS: Partido correspondiente a los treintaidosavos de final de la Copa del Rey, disputado en el estadio Heliodoro Rodríguez López ante unos 12.000 espectadores.
El extremo catalán, aunque de origen senegalés, llevó por la calle de la amargura a Hormigo con su velocidad endiablada. Un elemento disruptivo cada vez que el Granada cometía alguna torpeza en zona pantanosa. Los rojiblancos solo habían dado un aviso en una prometedora conexión entre Rodelas y Bouldini con lanzamiento final de Pablo Sáenz, activo en ataque, aunque con esa forma de conducir tan particular en la que pausa el gesto y luego se escabulle. En una así, Zoilo le hizo un penalti que Manuel Ángel Pérez no quiso pitar. Esta vez no tuvo quien le discutiera porque no había vídeo como ayuda.
El centro del campo mezclaba con dificultad. Dos veteranos como Alcaraz, contundente en las disputas, pero con algún problema en los intercambios; y Manu Trigueros, al que se le ven ramalazos de la clase de hace unos años, pero ya con los ajustes actuales más vetustos. Al lado, Luka Gagnidze, un elemento extraño, de toque preciso pero tímido, como si no quisiera pasar desapercibido en lugar de exhibir su correcta visión de juego.
Con Rodelas maquinando por la banda con centros alternos y un Bouldini muy trabajador pero aún pesado, el Granada intentó deslizarse hacia la meta de De Vuyst, aunque quien mejor llegó en el primer acto fue el conjunto chicharrero. En una pérdida de Alcaraz, una estampida que se orilló hacia el lado de Balde, quien disparó cruzado. Repelió Luca Zidane hacia dentro y Oscar tuvo que aparecer sobre la línea de gol para evitar que el rechazo de Juanjo cogiera puerta.
El partido tenía un patrón definido. Los visitantes, con una circulación que por paciente desesperaba a veces por su poca profundidad. En los locales, todo a las bandas, con Balde y Jeremy, quien le sacó una amarilla a Oscar en un despiste del zaguero. Ya se quedó condicionado y peligró su presencia en un quite con Maikel Mesa. Dejó su sitio a Loïc Williams en el descanso, quien salió de esta casa antes de recalar en Los Cármenes.
Las grietas rojiblancas estaban a la espalda de Hormigo y en la diagonal que trazaba Jeremy desde el costado zurdo hacia dentro. El Granada manejaba munición de fogueo. Todo parecía más acorde a lo que pretendía Álvaro Cervera que a lo deseado por Pacheta, que consideró suficiente el esfuerzo como boya de Bouldini para dar a José Arnaiz la posibilidad de actuar como referencia.
Gagnidze, que casi monta una verbena en una cesión a Luca, fue el primero en chutar a puerta en la segunda parte con un fuerte latigazo, un recurso que muestra poco.
Balde, el destacado del primer acto, perdió un balón delicado y el Granada se lanzó por dentro con un pase interior de mediapunta noventero por parte de Trigueros para Arnaiz, que se topó con De Vuyst en el tiro. A Pablo Sáenz se le cruzó Landazuri. Luego, Trigueros, desde algo más lejos, no pudo ajustar entre palos.
Arnaiz, ratonero, provocó una falta que pidió Alcaraz y que salvó el portero con apuros. En el córner, el 'cuatro' ya no le perdonó. Pablo Sáenz sirvió desde la bandera y Rubén saltó entre todos y cabeceó ante la salida a por uvas del cancerbero.
El Tenerife quiso reaccionar y el Granada intentó minimizar fallos, pero hubo algunas situaciones comprometidas que enredaron a los rojiblancos, poco a poco más atrás ante el empuje de los anfitriones. Sin tanto control visitante, los chicharreros se arrimaron al área de Zidane.
Cierre con titulares
Pacheta metió a Lama y Sola, dos de sus indiscutibles, para consolidar el triunfo, aunque lo primero que vieron dentro fue una buena subida del 'Tete', con remate de Fran Sabina. Después, a Faye, para acabar con los filos habituales.
Los canarios sacaron delanteros frescos y en un barullo en el que erró Casadesús casi empata De Miguel, pero intuyó bien Luca al tirarse abajo con la pierna estirada y evitar el gol. La otra torre enemiga era Enric Gallego, que obstaculizó al portero francoargelino en una jugada posterior en el área pequeña, y que le metió con el mentón a Loïc con malas maneras, pero el árbitro se hizo el longuis.
Sola disparó escorado en una subida aislada justo antes del alargue, aunque el que casi logra un doblete fue Alcaraz con otra falta directa. Loïc reclamó un penalti antes de los seis minutos de añadido en lo que nada alteró los acontecimientos. Habrá un partido extra en diciembre: los dieciseisavos de final de la Copa. El martes, el rival.
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