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Juanma Moreno recibe la felicitación de sus compañeros. Efe
Cambio en Andalucía: Juanma Moreno y su «transición»

Juanma Moreno y su «transición»

Juanma Moreno ha ofrecido más que un cambio una «transición». Y a diferencia de quienes le precedieron, no tendrá ni el escudo de los discursos ni el margen de la palabra

Quico Chirino

Granada

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Martes, 15 de enero 2019, 20:06

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Juanma Moreno debía presentar un discurso de investidura que contentara a Vox sin molestar a Ciudadanos. En otros tiempos, para triunfar en política había que tener alguna que otra idea brillante y ciertas dosis de carisma. Ahora, basta con desarrollar la habilidad -fisiológicamente contradictoria- de sorber y soplar al mismo tiempo.

El futuro presidente de la Junta -el primero no socialista en 37 años y también el primero de Andalucía oriental- ha pronunciado un discurso con continuos guiños a Vox, pero lo ha aderezado de tal manera que ha conseguido que Ciudadanos piense que ya comenzó el cambio y que, además, las medidas reformistas son fruto de la mano firme de los de Albert Rivera.

No solo eso. Juanma Moreno ha intentado reforzar su perfil centrista -por dos veces ha citado a Adolfo Suárez como referente; ¿quién se acuerda de Mariano Rajoy- y una parte de su presentación la podría secundar hasta Susana Díaz. Cuántas veces hemos escuchado a la todavía presidenta en funciones hablar de transparencia, enarbolar la unidad nacional, colocar al empleo como prioridad de su gobierno o pronunciar sentencias categóricas de este tipo: «Nos asquea la corrupción, venga de donde venga».

Hasta el líder de IU, Antonio Maíllo, ha aplaudido elegante -más que muchos en las bancadas socialistas- la alusión al desaparecido parlamentario popular Antonio Garrido.

Al menos, Juanma Moreno no ha anunciado ningún observatorio en su proclama de 36 páginas.

La diferencia no está en los discursos, sino en cumplirlos. La palabra soporta mejor el contorsionismo que los hechos. Y si bien se puede pregonar al gusto de todos, más difícil resulta gobernar sin molestar a nadie.

Juanma Moreno ha ofrecido más que un cambio una «transición». Y a diferencia de quienes le precedieron, no tendrá ni el escudo de los discursos ni el margen de la palabra. Nadie se acuerda del sueldo para las amas de casa; las vacaciones pagadas; los 600 euros mensuales para los estudiantes sin recursos; las habitaciones individuales en los hospitales; o internet de un mega gratis para los hogares andaluces.

Hay promesas que duran lo mismo que un abrazo al Parlamento.

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