El misterio de los 4 kms de Lucía sola: el recorrido, paso a paso

Para comprobar lo tortuosos que pueden llegar a ser los 4 kilómetros que, supuestamente, recorrió la pequeña, un periodista del Diario Sur ha realizado el recorrido, de noche, con luna creciente y con botas de montaña, a diferencia de Lucía, que caminó con sandalias y que desapareció en una noche oscura, en la que la luna tan sólo aportaba un 9% de luz.

Tal y como podemos observar si recorremos estos 4 kilómetros, tras pasar la estación de Pizarra, el camino se vuelve muy abrupto. Las piedras tienen el tamaño de un puño y es muy fácil tropezar con ellas, sin embargo, la autopsia revela que la niña no tenía ningún tipo de herida en las piernas. Por el primer tramo, la iluminación es escasa y los perros que protegen las naves ladran. Además, “duele caminar por esta zona”, tal y como afirma otro redactor de El Español, quien también realizó el recorrido.

Pasados unos metros, la niña debió de pasar por el tanatorio municipal y por una vieja posada, a los que no pudo haber accedido, debido a que la vía está protegida por una alambrada. Un poco más adelante, se encuentra un bar, El Rincón del Mohíno, en el que había unas 160 personas, que no vieron absolutamente nada. Sí vieron, sin embargo, a las personas que buscaban a la niña por las vías del tren, minutos más tarde.

Unos metros más adelante, el camino se vuelve mucho más oscuro y desaparece la alambrada. Al llegar al puente, aumentan las dudas sobre la hipótesis, puesto que se trata de un paso estrecho, con restos de una antigua barandilla, que se alza a 10 metros de altura. “Hace falta ser un Indiana Jones para cruzar ese puente de noche y sin caerte”, dice un vecino de Pizarra.

Continuando el recorrido que supuestamente realizó la pequeña, llegamos a un tramo en el que se hace más cómodo caminar por un pequeño camino de tierra que por las propias vías, llenas de piedras puntiagudas. Lo mismo ocurre al llegar al punto en el que se encontró el cuerpo de Lucía, una vez concluidos los 4 kilómetros. Se trata de un lugar en el que confluyen las vías del tren y la carretera A-7077 y que cuenta con dos caminos a las dos orillas de la vía. Sin embargo, la pequeña se tumbó sobre ésta, llena de piedras, en lugar de hacerlo en el camino.

Todas estas incógnitas que surgen al realizar el recorrido de 4 kilómetros, reafirman la hipótesis de la familia de Lucía, que apunta a que alguien se llevó a la pequeña y provocó su triste final.