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Los dientes del mar

El surfista Mick Fanning ha tenido suerte de no incorporarse a una estadística poco deseable: los tiburones matan a una media de seis personas al año

carlos benito

Jueves, 23 de julio 2015, 00:22

Mick Fanning vivió el domingo una de esas situaciones que han acabado convirtiéndose en terrores básicos del ser humano. El surfista australiano, tres veces campeón ... del mundo, estaba esperando la ola en la final del J-Bay Open, disputado en Sudáfrica, cuando emergió a su espalda el triángulo aciago: la aleta dorsal de un tiburón, seguida momentos después por la parte superior de su cola. Fanning sintió de pronto cómo algo le tiraba con fuerza del invento, la cuerda que los surfistas llevan sujeta al tobillo, y después recibió un golpetazo en la cara que lo derribó de la tabla. «Solo vi la aleta, no llegué a ver los dientes. Estaba esperando que me mordiese. Le pegué en el lomo», relató después. «Entonces, mi cuerda se rompió y empecé a nadar y a gritar». El surfista salió indemne del encontronazo, sin más secuelas que un arañazo en los nudillos de la mano izquierda seguramente, consecuencia del puñetazo y una expresión de profundo pasmo: todavía le costaba creer que su cuerpo siguiese entero.

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