Márquez desata el delirio mexicano

El intenso duelo era puro equilibrio y podría decantarse hacia cualquier lado, pero Márquez lo rompió avanzada ya la segunda mitad con un gol de los suyos de toda la vida. Minutos después, un contragolpe colosal lo definió con precisión Andrés Guardado, centrocampista del Bayer Leverkusen. Pocas veces se vio celebrar de esa forma un gol en la primera fase, coronada después Chicharito, el delantero que con su entrada al campo revolucionó a la Tri.

Se fueron todos hacia el banquillo henchidos de gozo y se abrazaron al técnico Miguel Piojo Herrera, el seleccionador interino que se ganó el puesto fijo al rescatar a México en la repesca ante Nueva Zelanda y ha apostado con éxito por una selección repleta de jugadores que militan en el torneo local.

Las declaraciones de los técnicos, que se retaron en la previa al más puro estilo de dos púgiles, ya hacían presagiar que iba a ser un duelo tenso, brusco y con muchas protestas de unos y otros al lamentable árbitro uzbeko para meterle más presión. Le salvó al juez que ganase México porque se tragó un penalti clamoroso por una mano de Pranjic tras disparo de Guardado. Era quizá la compensación por el grave error que perjudicó a los arlequinados ante Brasil, pero el error no tenía nombre.

Hubo porfía por cada balón. Los croatas, más poderosos físicamente, entraban avasallando a rematar cada balón aéreo y los mexicanos, más cancheros, no se arrugaban y dejaban el pie en el juego subterráneo.

«Sabemos cómo jugarles. Tenemos futbolistas más rápidos que ellos y al menos cinco que son muy altos y van bien de cabeza. Ellos tuvieron suerte en el partido ante Brasil y a nosotros nos perjudicó el árbitro», espetó Niko Kovac horas antes del choque. Estaba dolido aún por la derrota sufrida ante los aztecas hace 12 años, cuando él jugaba y no entrenaba.

«Saldremos a matar porque será un partido de ida y vuelta y para el que pierda no habrá mañana en esta Copa del Mundo. Taparemos su juego por bandas y no dejaremos recibir cómodos a Modric y a Rakitic», replicó el Piojo Herrera, quien aceptó partir con cierta ventaja porque a los aztecas les servía el empate.

El primer tiempo se escapó sin grandes noticias, más allá de un tremendo zurdado al travesaño de Héctor Herrera, centrocampista del Oporto, y un gran pase sobre Peralta, que se resbaló cuando intentaba picarla sobre la salida de Pletikosa y la golpeó con el pie de apoyo. Dos grandes ocasiones de los mexicanos en un duelo con mayor dominio de los croatas.

El partido se desató tras el descanso. Los croatas tuvieron que arriesgar cada vez más en busca del gol y los mexicanos supieron ser pacientes. Los cambios les funcionaron mejor a los aztecas, descosidos tras el gol de Rafa Márquez. Se presentan en el primer cruce por sexta edición consecutiva. Pero de ahí no pasan desde 1986. Les espera Holanda, el día 29 en Fortaleza.