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Antonio Gallego Burín, alcalde de Granada, posa junto a los vecinos del Albaicín en la Casa de la Lona tras el bautizo de una niña abandonada en el barrio y que el alcalde y su mujer apadrinaron. Mayo de 1944 .

Las últimas vecinas de la Casa de la Lona

En los años setenta se declaró en ruinas y sus vecinos poco a poco fueron abandonándola. Esta es la historia de sus últimos moradores.

Amanda Martínez

Jueves, 19 de noviembre 2015, 11:50

"Van como tres sombras con hilos de vida sin recordar los años y sí las penas, con el sol sobre los lutos, pisando los ... escombros de un nido milenario de artesanos". Así comenzaba Antonio Ramos la historia de "La Santera", Matilde y Francisca, las últimas moradoras de la vieja Casa de la Lona. Tres mujeres, cada una en su cuartillo albaicinero, que compartían el viejo corral. Hacía unos días que se había marchado el cuarto habitante, un hombre al que llamaban "El Cristo", que se despidió del caserón para refugiarse en un asilo. En la taberna de Paco Lara, los hombres de San Miguel el Bajo se quejan de que las casas antiguas tiemblen, se hundan y mueran. Así, cada día, va agotándose un algo de este Albaicín.

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