Poesía de carne y hueso

La jerezana afirmó escribir «una poesía de tintes eróticos y amorosos, pero donde también se tratan los temas clásicos como la memoria, la vida, la muerte y la existencia». La presencia de lo erótico en su obra le sirve para alcanzar la trascendencia, «porque pretendo hablar de ese redescubrimiento de lo espiritual a través de las sensaciones carnales, de la piel, de la sensualidad, de lo más próximo que tenemos, que es nuestro cuerpo».

Josefa Parra señaló que en el actual panorama «hay mucha poesía amorosa, pero la sensualidad está un poco abandonada, y sólo algunos poetas más jóvenes están apostando por una lírica erótica».

«En mi caso -añadió- la utilización del erotismo es una forma de reconocimiento, de que estamos ante lo más próximo, ante la piel, y desde ese conocimiento de lo carnal se llega a lo trascendental».

Lo que más le interesa del género lírico es «esa capacidad de intentar desentrañar los misterios de la vida, las preguntas que nos unen, las dudas que tenemos, y además poder comunicarlas de una manera determinada, allá donde no llega desde la estética ni la filosofía ni la ciencia».

Camelar

La poeta jerezana trabaja en la fundación de su paisano José Manuel Caballero Bonald. «Por supuesto que me ha influido su poesía y también la de Ángel González y Jaime Gil de Biedma». Al igual que estos poetas de la generación del 50, Josefa Parra considera que «los versos deben ser un instrumento de cambio».

Una de sus máximas consiste en escribir unos textos que «lleguen a los lectores, porque al público hay que camelárselo, mimarlo, quererlo y conquistarlo, ya que los versos deben comunicar, pero sin perder sus valores estéticos».

La poeta será presentada en el ciclo del Palacio de los Patos por la granadina Trinidad Gan y por la chilena Isabel Mellado.