El Madrid relanza su favoritismo en la 'Champions'

Tras su exhibición en Alemania ante el Schalke, el mundo se rinde al potencial de los blancos, que han relanzado su favoritismo en la Liga de Campeones con un ataque demoledor, una solidez defensiva basada en la solidaridad, una ambición sin límites y unos números que ya asustan al resto de candidatos. Con 26 goles en la Champions en siete partidos (a una media de 3,71) y nada menos que 19 de la explosiva BBC, con Cristiano máximo artillero de la competición (11 tantos) y Bale y Benzema repartiéndose los ocho restantes.

El contundente tridente ofensivo madridista ya ha marcado en la Liga de Campeones más goles que todos los octavofinalistas, salvo el PSG (20) y el Bayern (también 19). El portugués, el galés y el francés han conseguido una diana más que el Barça al completo. El vigente campeón de Europa y los azulgrana son los que tienen mayor posesión de balón, el 65% y el 63% respectivamente, pero al Madrid no le hace falta la pelota (solamente el 54%) para pasar por encima de rivales muy inferiores, caso del Schalke, que hizo aguas en defensa en Gelsenkirchen y se vio apabullado por un bloque excelso, pleno de confianza, que destiló también lo que siempre se le reclama: intensidad del primer al último minuto.

No es el Real Madrid tampoco el que más dispara a portería en la máxima competición, ya que también le aventajan en este apartado el Bayern -a una enorme distancia- y el Barça, pero la pegada de los blancos, liderada por su trío de ataque, es demoledora. Sólo otros cuatro futbolistas que no forman parte de la BBC han marcado algún gol en esta Champions: Di María (3), Isco (2) y Arbeloa y Modric. El extremo argentino que se vio torpedeado por el aterrizaje de Bale en la banda derecha, amenazó con marcharse e incluso retó al Bernabéu, es ahora una pieza indispensable para Ancelotti en la línea de tres del medio campo. Al igual que el mediocentro croata, antes tan criticado por su falta de espíritu y ahora alabado como el alma de creación de un bloque que, paradójicamente, se ha visto beneficiado por la grave lesión de Khedira que dejó al alemán fuera para toda la temporada.

Hasta la noche del miércoles, cuando Huntelaar acabó con el récord personal de Casillas -fijado en 952 minutos-, el suplente de Diego López en la Liga llevaba tres meses sin encajar un gol, casi 10 partidos seguidos (ocho de ellos de Copa), reforzado por una espectacular parada cuando el Madrid aún ganaba por la mínima, por una pareja de centrales (Pepe y Sergio Ramos) que también atraviesa su mejor momento, y por el sacrificio del centro del campo en la contención. Desde que Ancelotti cometió el error, reconocido por el propio técnico, de alinear en el Camp Nou a Ramos como mediocentro defensivo, y poco después el Madrid se quedó sin Kherida, el entrenador italiano se ha agarrado con fuerza a una alineación que ha casado con su irrenunciable dibujo del tan deseado «equilibrio».

Jesé, que sólo puede aprovechar las lesiones o sanciones de Bale y Cristiano; e Isco, que no cabe en el sistema y tras no convencer como interior izquierdo ha jugado muy poco como falso 9, son los grandes damnificados, pero el Real Madrid disfruta de un momento de euforia y una racha que espera se prolongue el domingo en el derbi del Calderón, donde quizás esté en juego más de media Liga. Los números reflejan la consistencia y poderío del Madrid, aunque Ancelotti confirma una obsesión que él tilda de «motivación». «No queremos récords, sino ganar la décima. Al Madrid no le valen los números. Sólo le sirven los títulos», reconoce el entrenador, con su equipo ya a sólo cuatro partidos de la final de la Champions -la vuelta de octavos es un trámite-, a uno de la Copa y a 13 de la Liga.