Fernando Trueba: «A la gente decente no se la oye, pero los gilipollas no callan»

Trueba ha unido sus sueños a los del diseñador español más internacional, Javier Mariscal, en una maravillosa historia de amor inspirada en Bebo Valdés a ritmo de jazz. 'Chico & Rita' retrata una Cuba mítica y un Nueva York de finales de los 40 que solo existe en la memoria cinéfila. Una avasalladora cinta de animación que llega este viernes a los cines y que, en pleno debate sobre la frágil salud del cine español, supone un deslumbrante ejemplo de talento y emoción.

- 'Chico & Rita' es una invitación a soñar.

Yo siempre he creído que el cine es un sueño. No en vano, los surrealistas fueron los primeros que entendieron el cine y vieron sus posibilidades. Una película realista es mentira, es un sueño que se pretende realista. Tengo amigos inteligentes que cuando ven una película de problemática social, como son de izquierdas, dicen que es buena. Y el tema no la hace buena. Monicelli contaba que las películas del neorrealismo eran falsas, los obreros no hablaban así.

- 'Chico & Rita' pasa por encima de cambios políticos y muestra una Cuba y un Nueva York soñados. ¿Qué significa Cuba para usted?

Un país lleno de talento donde notas el orgullo de ser español. Bebo me dice que es asturiano; Cachao presumía de andaluz; Frank Emilio se tenía por sevillano y como era ciego te hablaba del olor a azahar... Cuba era una colonia más rica que la metrópoli, los pobres íbamos allí a hacer las Américas. Tenían una sociedad civil tremenda: arquitectos, poetas, músicos, médicos... Al margen de las vicisitudes políticas, no se la puede mirar con paternalismo, nos pueden dar capones. Pero también estoy empapado de América, ¿eh? No me veo sin Gershwin, Fitzgerald, Bashevis Singer,Salinger...

- La vida de Chico se inspira en la de Bebo Valdés.

Hay detalles biográficos, como cuando le acusaron de tocar jazz, música imperialista, del enemigo. Cuando se dio cuenta de que no podía tocar a Gershwin o Jerome Kern supo que no merecía la pena vivir allí. Ahora vive en Málaga. Alquilé un cine para que viera la película. Cada vez que entraba la música la dirigía con los brazos. Fue como llevar a un niño al parque de atracciones. 92 años y es la única vez que le he visto llorar.

- Si hace años le dicen que iba a hacer un filme de dibujos animados...

Nunca me lo hubiera imaginado. Mis amigos me dicen que siempre acabo haciendo aquello de lo que he renegado. No iba a conducir y conduzco, no iba a hablar inglés y lo hablo por los codos... Siempre me contradigo en todo.

- Al recoger el Goya a la mejor cinta de animación, Javier Mariscal hizo un alegato en favor del cine en pantalla grande.

Tuvo que ser alguien de fuera el que viniera a recordarnos lo hermoso que es ir al cine. Xavi nunca piensa ni dos segundos lo que va a decir. Le salió del alma y nos dio una lección a todos.

- Jorge Drexler también recordó a la turba de Anonymous el derecho a vivir de su trabajo.

Creo que se confunden. A la gente le está robando el banco, el del gas, la compañía de teléfonos, el del alquiler... ¿Y protestan porque un músico quiere cobrar por su música y un guionista por su guion? ¿Quién os ha engañado chavales? ¿Por qué no concentráis la energía en lo importante? Yo soy internauta. Y antes que tú. 'Chico & Rita' se ha hecho con Internet. Es el presente de los médicos que intercambian sus bases de datos, de los periodistas, los políticos... Pero no pretendas que es tuyo y que la ley la dictas tú. Internet es de todos, y la ley la consensuamos, porque somos mayores y estamos en democracia. Yo a ti no te puedo quitar tu sueldo, ni tú a mí el mío.

- ¿Por qué no somos Francia?

Ya me gustaría... Alguna vez he dicho que me gustaría ser catalán, que está camino de Francia. En los momentos de más crispación en Madrid, cuando parece que volvemos a las trincheras, vas a Cataluña y respiras de otra manera. Deberíamos aprender un poquito de civilización y urbanidad, de europeísmo. Si es que les tengo envidia hasta en los políticos de derechas. Oyes hablar a Roca, a Duran Lleida, y son señores, aunque no compartas su ideología. Si no aprendemos catalán, al menos que aprendamos de los catalanes. Debo de ser un tipo raro, porque me gusta más la escudella que el cocido.

El enloquecimiento de Álex

- Usted fue presidente de la Academia del Cine.

Tres o cuatro meses. Me convenció el padre de la actual ministra, José María González-Sinde. Querían a una persona bisagra entre la generación anterior y la de aquellos años 80. Si me lo ofrecen hoy no acepto ni de coña. Me aterraba que llegaran los Goya y tener que soltar un discurso.

- ¿Entiende entonces la dimisión de Álex de la Iglesia?

No sé ni si lo entiende él... Álex y yo somos amiguetes. Antes de presentarse me preguntó qué me parecía su decisión de presentarse a la elección. Me quedé atónito. Le dije que me parecía estupendo para la Academia, pero que para él era un marrón. Que se dedicara a hacer películas porque te dejas mucho tiempo de tu vida. Aunque yo defiendo al que se pringa en cosas colectivas. Cuando Gilberto Gil se mete ministro de Cultura, ¿tú crees que tiene algo que ganar, un tío que llena estadios? Él cree sinceramente que puede hacer algo por la cultura de su país, y a eso le tengo mucho respeto y admiración. También pienso que haciendo bien tu trabajo ya haces algo por los demás.

- ¿Y qué le ha pasado a De la Iglesia entonces?

Creo que no ha sabido ser presidente de la Academia, porque un presidente no tiene por qué hablar con ningún internauta. Él puede hacerlo con quien quiera a título personal, pero la Academia no es negociadora de leyes, ni un sindicato, ni la asociación de productores. Es un enloquecimiento. Álex, tío, ¿en nombre de quién hablas? ¿De los que te hemos elegido? No te hemos elegido para eso, no puedes meter a los internautas en la Academia, porque no sabemos quiénes son. Los internautas somos nosotros. Este es el único país del mundo donde te roban y además te insultan.

- Nadie duda de que ha obrado de buena fe.

Sí, pero se ha salido del personaje, con la mejor intención probablemente. Álex no ha entendido cuál es su rol. No puedes estar diciéndole a la ministra o a la SGAE lo que tienen que hacer, son gente que está ahí porque se la ha elegido y votado. La Academia es un órgano representativo de la profesión que no está para librar esas batallas.

- ¿Por qué los 'gurús' de Internet han acabado marcando la agenda política?

¿De quién son gurús? De mí no. No tengo ni puta idea de quiénes son esos señores, ni si han hecho algo por lo que merezca la pena que les conozca. ¿Escriben, curan a la gente? Hace poco me llamaron para un debate con ellos. Me negué a ir porque no quería que me equipararan con los responsables de que esté en paro la mitad de la profesión. Yo elijo a mi interlocutor, y éstos no lo son. Ese ha sido el error de Álex. Han hecho demagogia incluso amigos míos, porque tienen película en cartel. Aquí hay que mojarse el culo y defender cosas impopulares. Si una ley es impopular pero lógica, al final la gente acaba entendiéndola. Como el tabaco. Yo he fumado tres paquetes diarios, pero es que ya fumaban los médicos en el quirófano. Ahora se están pasando y nos piden que saquemos al policía que llevamos dentro y denunciemos al vecino.

Culto a la maldad

- Ahora que estamos rodeados de discos, películas y libros, ¿no tiene una sensación de fin de era? Esto del DVD ya suena a nostalgia...

Me da igual lo que digan. Mientras pueda comprar un disco o un libro voy a seguir comprándolos. También adquiero música on line. Me gusta tocar el disco, leer en la carpeta dónde se grabó y quiénes son los músicos. Estoy tan loco que no sólo compro discos, sino que sigo produciéndolos. El mes que viene grabo con una cantante de Brasil de 20 años. Quiero hacer cosas bonitas porque no le encuentro otro sentido a la vida. Y sigo leyendo artículo de veinticinco folios en 'The New York Review Books', escritos por gente que se lo ha currado. No me gustan las cosas cortas, como Twitter.

- Su hijo Jonás tiene una película en los cines, 'Todas las canciones hablan de mí'. ¿Se siente orgulloso?

Lo más importante es que su película me emociona. Está hecha con dos pesetas y tiene cosas que me encantan, sinceridad y estilo. En el cine lo normal es ver edificios volando por los aires, y Jonás ha hecho una película con citas literarias. Con dos cojones. En este mundo donde la cultura está desprestigiada me parece una provocación. Y me devuelve la esperanza en que los jóvenes no son bárbaros, entre ellos hay gente acojonante. Siento orgullo porque es un tipo que me cae muy bien.

- Quizá su generación, que puso patas arriba el cine español, no lo tuvo tan fácil.

No exageres... Había un agujerito y por ahí nos colamos. No había derechos de antena ni ayudas a las primeras películas. Mi recuerdo más memorable de 'Ópera Prima' es ir al cine Paz, sentarme en el suelo porque estaba lleno y escuchar las risas de los espectadores. Reivindico a los amigos que me hacen reír, son como una planta a la que hay que cuidar: El Gran Wyoming, mi hermano David, Santiago Segura, Gonzalo Suárez...

- Con Ruiz Mateos y Tejero en las portadas de los periódicos, España se asemeja a una pesadilla cíclica.

En este país ha habido una época muy jodida de crispaciones y culto a la maldad. De la Rosa, Gil y Gil, Mario Conde, Ruiz Mateos... Eso es mierda, basura. Que la gente puedan llegar a verlos como modelos...Los países que cometen ese error lo pagan. Lo vemos en la Italia de Berlusconi. Mira, el otro día leí que el lobby catalán y gay había arrasado en los Goya. Dicen que a Mariscal se lo han dado por gay. Y es el mayor follador que conozco. Cuando me subo a un taxi y oigo ciertas emisoras, le pido al taxista con una educación insultante que la apague porque estoy leyendo. Intento mantenerme a salvo de la polución. A la gente decente no se la oye, pero los gilipollas dan un coñazo impresionante.