La Policía investiga el destrozo de varios vehículos en el aparcamiento de Rey Chico

De acuerdo con uno de estos atestados, la propietaria de uno de los coches dejó aparcado y «perfectamente cerrado» -así lo refleja en la denuncia- el utilitario en la tarde del viernes día 6. Tras la llamada de la Policía advirtiendo de la rotura de los cristales acudió al aparcamiento -un descampado paralelo al Darro junto al edificio de Rey Chico- para comprobar el estado del coche, que presentaba la ventanilla trasera fracturada y el retrovisor central del interior arrancado. Del interior echó en falta varios objetos, aunque aclaró que la guantera estaba cerrada.

Begoña, propietaria de otro de los coches aparcados habitualmente en Rey Chico, señaló a IDEAL que fueron un mínimo de cuatro los vehículos afectados por los actos vandálicos que, sospechan, ocurrieron de madrugada. «Esa noche fueron cuatro coches, y al día siguiente una furgoneta con los cristales rotos», añadió. No es la primera vez que los vecinos del Albaicín alertan de la inseguridad en este punto, que en algunas noches de fin de semana se convierte en zona de botellón, como lo demuestran los restos que hay en los márgenes del Darro.

Además, este aparcamiento es un espacio de titularidad municipal. Se acondicionó en 2014 para crear 57 plazas de aparcamiento para residentes y tres para personas con discapacidad. Los propietarios de los vehículos deben estar autorizados para circular por el Albaicín Bajo y los coches deben mostrar un distintivo especial tras el parabrisas. El permiso para aparcar en Rey Chico, que se otorga, entre otros criterios, por proximidad de la vivienda, sólo es válido durante un año, y requiere el pago de 169 euros. Se da la circunstancia de que algunos de los vehículos dañados eran recién llegados al aparcamiento.

Tras los actos vandálicos, la limpieza de los cristales y las lunas -prácticamente enteras- que acabaron en el la superficie del aparcamiento se demoró casi una semana, como critican los vecinos. Temían que la situación del descampado fuera una invitación a los vándalos para continuar con el destrozo.

Desde la asociación de vecinos del Bajo Albayzin reclaman al Ayuntamiento «vigilancia» en la zona, un punto de paso en la subida hacia la Alhambra y a las cuevas del Sacromonte, zona de encuentro de jóvenes en los fines de semana e inicio de la ruta hacia la Fuente del Avellano, un recorrido que también suele presentar restos de botellón. Critican desde la asociación que en muchas ocasiones la policía pasa en coche pero no se bajan a inspeccionar la zona con detenimiento. Además, caseguran que son muchas las noches en las que reclaman la presencia de los agentes por «ruidos y botellones» y desde la centralita advierten de que no tienen efectivos suficientes.