Muere Antonio Camacho García, primer alcalde de la democracia

Encabezó la candidatura socialista en las primeras elecciones municipales desde el final de la dictadura, celebradas el 3 de abril de 1979, en las que el PSOE fue el tercer partido más votado en Granada tras la UCD y el Partido Socialista de Andalucía (PSA). El partido centrista obtuvo once concejales, por seis ediles del PSA y otros tantos del PSOE. Tomó posesión del cargo el 19 de abril de 1979 después de un pacto tripartito entre PSA, PSOE y el Partido Comunista (PCE), que sumó tres concejales.

La llegada de Antonio Camacho al cargo se produjo cuando el PSA y el PSOE intercambiaron las alcaldías de Granada y Sevilla tras obtener menos votos que sus rivales en ambas ciudades

Después de seis meses al frente del Consistorio granadino, Camacho, que hasta ese momento era subdirector de un negociado de la Caja de Ahorros, decidió dimitir alegando motivos personales aunque fue su propio partido el que le abrió la puerta de salida tras un convulso semestre en el seno del pacto tripartito. Lo sucedió Antonio Jara, que comenzó así una etapa de doce años al frente del Ayuntamiento.

Según recoge la Enciclopedia de Andalucía, la actividad política de Antonio Camacho se había iniciado mediados los años setenta en el seno del Club Larra, donde se reunieron intelectuales y profesionales independientes de talante progresista. En su seno se promocionó, para las elecciones de 1977, la candidatura 'Independientes para un Senado Democrático', en cuya gestación participó, pero en las municipales optó por concurrir al frente del PSOE.

En una entrevista con IDEAL publicada en 2011, recordó los problemas de aquel primer ayuntamiento democrático. «No había dinero ni para folios. Recuerdo que tuve que dar yo dinero de mi bolsillo para que se compraran bayetas para limpiar. Las arcas estaban totalmente vacías», evocaba entonces, antes de admitir que aunque con su empleo en la Caja ganaba más que como alcalde, «todo estaba por hacer -subrayaba- y teníamos que arrimar el hombro si queríamos una sociedad diferente».