Los malos hábitos de vida provocan el aumento de diabetes entre los jóvenes
Los diabéticos cada vez son más y además cada vez más jóvenes, según advierte el doctor Miguel Quesada Charneco, endocrinólogo
JOSÉ GONZÁLEZ
GRANADA
Sábado, 26 de agosto 2017, 00:19
Considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un grave problema, su incidencia en la población es muy alta, tanto que una de ... cada once personas adultas padece diabetes con una proporción que está en continuo crecimiento.
Según la Fundación para la Diabetes, casi el 14% de los españoles mayores de 18 años tiene diabetes tipo 2, uno de los 4 tipos existentes. Y solo en nuestro país, existen alrededor de seis millones de personas diabéticas. ¿Qué hace que esta patología se haya extendido hasta padecerla en el mundo alrededor de 442 millones de personas? En opinión del doctor Miguel Quesada Charneco, médico especialista en Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario del Campus de la Salud de Granada y doctor en Medicina por la Universidad de Granada desde el año 1995, el perfil del paciente diabético está cambiando, sobre todo en la tipo 2, con pacientes más jóvenes, debido sobre todo a los cambios en el tipo de alimentación y a la falta de actividad física.
El doctor Quesada alerta de la importancia de la diabetes porque sus complicaciones son muy serias, sobre todo a nivel ocular, renal y cardiovascular, (hasta un 80% fallecerá por esta última causa). «Las muertes por diabetes, según la OMS se multiplicarán por dos en los próximos veinte años y se consideran decisivas todas las acciones encaminadas a la prevención y educación sanitaria», añade.
El sedentarismo y los malos hábitos de vida, principales causantes de la diabetes
Es vital que los pacientes hagan un correcto control de su enfermedad y de otros factores de riesgo cardiovascular como el colesterol o la hipertensión.
La diabetes es una enfermedad metabólica caracterizada por niveles de glucosa (azúcar en sangre) elevados. La insulina, hormona secretada por el páncreas permite que las células utilicen la glucosa de la sangre como fuente de energía y es la encargada de regular dichos niveles. Defectos en la secreción de insulina, en su acción, o en ambas cosas, provoca el aumento de los niveles de glucosa en la sangre (hiperglucemia) que, de no controlarse, puede dar lugar a alteraciones en la función de diversos órganos: ojos, riñones, nervios, vasos sanguíneos o corazón.
Esta enfermedad crónica, implica tras el diagnóstico importantes cambios en la vida del paciente: dieta y ejercicio pautados por el médico y tratamiento farmacológico de por vida para evitar complicaciones de gran alcance como cardiopatía isquémica, enfermedad vascular periférica, infarto cerebral, retinopatía o nefropatía, entre otros. La prevención es una de las armas de la sociedad para luchar contra su desarrollo.
Educación diabetológica
La educación diabetológica es parte fundamental del tratamiento integral del paciente diabético. «Se trata de todo el conjunto de conocimientos que debe tener el diabético para el manejo de su enfermedad».
En Granada, se imparte en el denominado 'hospital de día' del Servicio de Endocrinología y Nutrición, donde hay un conjunto de profesionales con un alto nivel de formación y profesionalidad y se encuentra coordinada con los centros de salud y médicos de familia para realizar una acción integral en educación, ya que el hospital no podría con una carga asistencial tan alta en una enfermedad tan frecuente. La correcta funcionalidad de la unidad es importantísima para el paciente y la sociedad, pues el buen control de la diabetes evita sus graves complicaciones y costes asociados», afirma el doctor.
Los pacientes deben establecer controles de enfermedad y otros factores de riesgo como el colesterol o la hipertensión
La educación en diabetes también recoge «la prevención de pacientes en situación de prediabetes corrigiendo hábitos de vida 'no saludables'. La educación debería retrasar o incluso evitar la aparición de mayores problemas de salud».
La prediabetes es una situación en la que los niveles de glucosa en sangre son más altos de lo normal, pero no son lo suficientemente altos como para ser diagnosticada diabetes. Se define como una intolerancia a la glucosa y está relacionada con los antecedentes familiares y hábitos de vida poco saludables, sedentarismo o mala alimentación. Las personas con prediabetes no presentan síntomas, es importante reconocerla o diagnosticarla para prevenir la aparición de diabetes tipo 2 y los problemas cardiovasculares asociados.
Trabajo en equipo
El doctor Quesada explica que las acciones que se realizan cuentan con la esencial colaboración del equipo de enfermería, que realizan una educación nutricional (hábitos dietéticos saludables), cómo incorporar una actividad física correcta, cómo y cuándo medir la glucemia, cómo manejar sus oscilaciones con fármacos orales, con insulina o con nuevas tecnologías (infusorias de insulina).
También llevan a cabo normas de cuidado general en los que de forma destacada se incluyen los cuidados del pie, «que tan importante es en el diabético y para los que afortunadamente disponemos de una 'Unidad de Pie Diabético', para aquellos casos más evolucionados con la colaboración del Servicio Vascular».
Miguel Quesada apoya la importancia de tranmsitir en el diabético el control riguroso de la tensión arterial, de los exámenes periódicos del fondo de ojo y de la función renal, ya que lo más importante es luchar contra el desarrollo de la enfermedad o retrasarla al máximo.
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