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Ataúlfo Argenta y la Orquesta Nacional de España durante el concierto ofrecido en el Palacio de Carlos V dentro de la programación del Festival Internacional de Música y Danza de 1957.

Leyendas de nuestro festival

Momentos de Granada ·

Por el recinto alhambreño han pasado todas las estrellas de la música y la danza

TITO ORTIZ

Viernes, 1 de septiembre 2017, 01:09

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El gran Padial, socio de Juventudes Musicales de Granada, melómano distinguido y mejor fotógrafo, presumía y con razón, de haber conseguido una foto histórica, tanto ... por el motivo de la misma, como por su belleza. Había logrado captar con su cámara a Arturo Rubinstein sentado al piano, nada más y nada menos que en el patio de Los Arrayanes. Un vez más, Rubinstein volvía a Granada, aquella ciudad en la que tanto departió con Lorca y Falla, en las tertulias del café Alameda, 'El Rinconcillo'. Fue el año en que Massiel ganó el festival de Eurovisión, hecho éste que sacó un poco a España del ostracismo al que nos tenían sometidos muchos países debido a nuestra falta de democracia y libertad. El genio del piano a nivel mundial vino a Granada, a nuestro festival, y conmovió a una ciudad cuya afición musical acreditada desde el siglo XIX lo tenía por el dios del teclado. Pero ese mismo año iban a ocurrir otras cosas con carácter de acontecimiento en la programación. Los jardines del Generalife recibirían a los dos máximos exponentes de la danza. La presencia de los genios Margot Fonteyn y Rudolf Nureyev hicieron de la edición de 1968 ocasión irrepetible, cuando el Mayo francés ocupaba todavía las principales páginas de la prensa internacional. También fue el año de la primera vista al festival de un director aclamado internacionalmente: Zubin Mehta.

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