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Bolt, una broma genética
opinión

Bolt, una broma genética

@Martí Perarnau es periodista, fue atleta olímpico y director de comunicación de Barcelona 1992.

martí perarnau

Viernes, 19 de agosto 2016, 21:48

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Un buen amigo, Carlo Vittori, entrenador de Pietro Mennea y gran eminencia de la velocidad mundial, definió de este modo a Usain Bolt: «Es una broma genética». Imposible decir más en menos palabras. Sobre Bolt se acumulan tres tristes tópicos. El primero es el de su salida y arrancada, pero de eso ya escribí hace unos días y no insistiré. El segundo es que «no bate el récord porque no quiere y se deja ir». Falso. En los grandes años en que pulverizó los récords (2008-2009) lo hizo corriendo hasta el último centímetro. Cuando «se deja ir» en una semifinal sigue corriendo a casi 43 km/h y aunque sonría, continúa cerca de su máxima velocidad, sirva Rio-16 como ejemplo. En los 100, «se deja ir» en semifinales: 9.86; en la final corre a tope: 9.81. En los 200, «se deja ir» en semifinales: 19.78; en la final corre a tope: 19.78 (condiciones ambientales distintas). ¿Cuánto mejora Bolt si no «se deja ir»? Muy poco.

El tercer tópico dice que Bolt se reserva para ganar dinero en los mitines batiendo récords. Falso. En toda su vida solo ha batido un récord en un mitin: en mayo de 2008 (9.72), antes de su auténtica eclosión. Nunca más lo hizo: todos sus otros récords fueron en Mundiales o Juegos Olímpicos. ¿Por qué? Porque Bolt es un animal competitivo. No corre por dinero sino por ser el más grande de la historia (ya lo es, sobradamente). Bolt tiene dinero a espuertas gracias a los patrocinios y no necesita correr mitines: desde 2012 ¡solo ha corrido 8!

La realidad es que hay dos Bolt: el extraterrestre y el humano. El extraterrestre es el de 2008-2009, que logra prolongar los grandes cronos hasta 2012: en esa época corre tres veces bajo los 9.65 y cuatro por debajo de 19.40. A partir de Londres-12 aparece el Bolt humano: desde entonces no ha conseguido correr ni una sola vez en menos de 9.77 ni de 19.55, es decir, el Bolt post-Londres ¡no poseería los récords mundiales previos a 2008! (9.74 Powell, 19.32 Johnson). Su declive en cuanto a velocidad máxima es irrefutable, pero ha sido en dicho momento cuando ha estallado su mejor virtud: la competitividad. Nadie ha sabido administrar el declive de sus facultades con la maestría de este jamaicano. El Bolt humano es incluso un competidor más formidable, sólido e imbatible que el Bolt extraterrestre.

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