El autismo ya no corre solo

Una madre perteneciente a la Asociación Mírame confesaba a través del grupo de esta entidad en Facebook, estar atravesando toda una «resaca emocional». Quizá pueda ser la mejor frase para describir el cúmulo de sensaciones que dejó el domingo en Santa Fe el Día Mundial de la Concienciación sobre el Autismo, ocasión con la que se celebró la segunda edición de la Carrera Azul.

Este evento trata de eliminar las barreras y estigmas que giran en torno a este trastorno. También dar visibilidad a las familias granadinas que conviven con personas afectadas por un trastorno del espectro autista. Sin embargo, en sólo dos ediciones se ha convertido en algo más. El poder de captación de participantes; también de sensibilidades, es único. No hay muchas pruebas deportivas en la provincia que en tan poco espacio de tiempo hayan conseguido una afluencia de público tan masiva.

David Gómez es el presidente de la Asociación Mírame, organizadora del evento, y también anda recuperándose de esta agradecida resaca. Dice que el secreto de tan exitosa convocatoria se esconde en una buena campaña de comunicación a través de los medios y las redes sociales. Pero hay algo más.

El mensaje ha calado con toda su carga solidaria. El autismo ha sido durante muchos años un trastorno marginal para una sociedad que no lo comprende y que absorbe las reacciones de una persona afectada, con rechazo porque por lo general no las entendemos.

Y al final, de esto trataba la carrera. De la comprensión. Durante el evento, no se podía dar un paso por la instalación santaferina sin advertir un mensaje. Llegaban a través de la megafonía; Sergio, un chico de la Asociación se encargó de dar ánimos con el micrófono justo antes de la salida. También de la música o de las imágenes, ya que el pistoletazo lo dieron cientos de globos azules lanzados al aire.

También llegaban mediante las enseñanzas impresas en carteles ubicados por todo el recinto. Conminaban a no utilizar la palabra autismo de forma ofensiva. A comprender que ser diferentes es lo que nos hace únicos. Ejemplificaban que una persona con autismo no se aísla, sino que se protege de estímulos sensoriales que resultan cargantes.

El objetivo final de esta prueba lo explica el presidente de Mírame, con un mensaje diáfano: «tratamos de naturalizar hechos tan sencillos como el que estas personas puedan tener una mayor sensibilidad en el oído, por ejemplo. Y lo hacemos a través de una actividad deportiva orientada a todas las familias», afirma.

La carrera repartió más de dos mil dorsales, sin que la meta principal fuera recaudar dinero, «lo fundamental en esta cita de cada 2 de abril es que la gente se pregunte qué es el autismo, sepa que es un trastorno común que afecta a 1 de cada 68 personas y entiendan a las familias que conviven con ello en Granada», sintetiza.

La jornada se rubricó con una multitudinaria paella, gratis para los participantes. También con las actividades que llevaron a cabo la firma Handisports, con varios circuitos de psicomotricidad y agilidad utilizando sillas de ruedas, un rocódromo de la mano de La Caldera de Armilla y castillos hinchables para los más pequeños. Además, una docena de alumnos de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Granada, se ubicó en una carpa con camillas y ofreció masajes a los corredores después de la carrera. No faltó ningún detalle.

Ahora, desde Mírame, ya trabajan para la tercera edición. «En Santa Fe hemos encontrado un socio idóneo para realizar nuestra labor. Aquí hemos sembrado una semilla y nos han dado un apoyo real desde el coordinador de Deportes Juan Alonso, pasando por todo su equipo y el Ayuntamiento. Están volcados ayudando a visibilizar el autismo y es algo de agradecer», asevera David Gómez.