La antorcha olímpica recorrerá el viernes las calles zubienses

El sueño del profesor de Educación Física del colegio AlZawiya de La Zubia se hace realidad. Trabaja por sistema una unidad didáctica dedicada al olimpismo en la escuela. «Creo firmemente en cada uno de sus valores», repite. Y reitera de forma constante entre los pequeños el espíritu de la constancia, la participación, el esfuerzo, el sacrificio, la generosidad y la lucha como preámbulo para lograr una sociedad mejor. Su sueño es el resultado de un intenso trabajo, que ha lanzado a cada uno de los miembros de la comunidad educativa y a los responsables municipales.

Tras la carrera con la antorcha olímpica, del 2 al 6 de mayo se celebrará la Semana Cultural, que incluye talleres y encuentros con deportistas de la talla de Francisco Sánchez Vargas, Carmen Mingorance o Enrique Molina, que contarán sus experiencias y trayectorias profesionales.

El 24 de mayo es la ceremonia inaugural con desfiles, pasacalles, bailes y danzas de cada país por las vías principales del pueblo. Se leerá el manifiesto olímpico en la plaza Zubicentro y la Banda de Música de La Zubia anunciará a cada país con los acordes de su himno oficial.

Proyecto integral

Le sigue la I Semana del Deporte Olímpico, del 30 de mayo al 16 de junio, con pruebas de distintas disciplinas deportivas, como atletismo, zumba, orientación o baloncesto. La Fiesta del Deporte concluye el 17 de junio con la gala de clausura en el polideportivo Los Hoyos e incluye la ceremonia de la Llama Olímpica, que simboliza el origen de un espíritu triunfal en la vida: esfuerzo, constancia y disciplina. Le siguen los actos de Descubrimiento de los Continentes, el Juramento Olímpico o el festival de las Danzas del Mundo, uno de los actos más coloristas compuesto por distintas coreografías.

Detrás de estas cinco actividades hay un trabajo previo, un proyecto integral que cada centro ha hecho suyo, asumiendo su ideario, trabajando con los alumnos cada uno de los valores olímpicos, con los cinco continentes como nexo de unión. El colegio Alzawiya es Europa y el instituto Trevenque la enorme África. El colegio Isabel La Católica es Asia; el Tierno Galván, América; y el Laurel de la Reina, Oceanía. El centro Alzawiya adquiere importancia respecto a los demás al ser Europa el continente que vio surgir el olimpismo y sus valores. Cada uno de los cursos es a su vez un país distinto.

Detrás anida el deseo de que toda la comunidad educativa se conozca y se rompa la barrera de los ciclos de Primaria y Secundaria. Algo que se va a lograr a través de los encuentros culturales, de los pasacalles y de los juegos. Prados persigue que los estudiantes vivan cómo se desarrollan unas olimpiadas, «sobre todo ahora que estamos en un año olímpico».

Marcas personales

Aunque la vida es competición, se empeña en eliminar ese concepto en la educación «porque quien educa así siembra la primera rivalidad», sentencia. Defiende que es más satisfactorio superar la marca personal y «luchar contra tu propia marca». Piensa que así es «como nos enriquecemos como personas». Utiliza los símbolos de los Juegos para inculcar en los niños los valores que, de forma transversal, se trabajan también en cada una de las asignaturas a lo largo del año. Los aros olímpicos son el factor de unión entre todos los pueblos; y en el caso de La Zubia, la unión entre los centros educativos y el trabajo conjunto que realizan en pro de la Fiesta Olímpica. En cada unas de las actividades escolares se insiste en los valores olímpicos. Ya sea en el Día de la Paz, el día de los Buenos Tratos o el de la no Violencia.