«Estuve un año sin jugar ningún partido, así que ahora intento vivir cada momento»

Sostiene la veterana Laia Palau que Alba Torrens (Binissalem, 30-8-1989) es (junto a Sancho Lyttle) «más del 50%» del éxito de una España que acumula dos medallas mundiales y tres europeas durante los últimos siete años y que el viernes selló su pasaporte para los Juegos Olímpicos de Río. Reafirma parte de la teoría el seleccionador, Lucas Mondelo, quien bautizó a la perla como 'Cartoons' porque desarrolla un juego de dibujos animados. La balear responde a esos halagos con un desvío a los méritos de todas sus compañeras. Incluso cuando se le recuerda que desde que debutó con 18 años en un torneo mundial contra Fiyi (16 puntos en 20 minutos) ya se veía que jugaba «a otra cosa» respecto a sus compañeras devuelve una broma para sacudirse los piropos: «Espero que no».

De hacer caso a sus palabras se rebajaría el valor de la alero de 191 centímetros de altura que ha sido nombrada dos veces mejor jugadora de Europa y ha ganado en tres ocasiones la Euroliga con un paréntesis en su carrera deportiva de 312 días por una lesión. Apenas era una adolescente cuando debutó en los Juegos de Pekín 2008 -España perdió en cuartos de final- y ocho años después ha sido fundamental en la clasificación para Río 2016. Sin levantar la voz, con una sonrisa abierta cada vez que menciona el baloncesto, reflexiona sobre una carrera marcada por una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha, los múltiples éxitos y mudanzas, así como una prórroga progresiva para acudir a la WNBA.

¿Echa en falta algo de los Juegos Olímpicos?

Estuve en Pekín y creo que como deportista he tenido la suerte de haber conocido unos Juegos Olímpicos, lo que significa, y lo que supone volver a estar. Son ocho años pasando muy buenos momentos, pero quiero volver a estar.

Usted sufrió una grave lesión en 2012 con un largo período de recuperación. ¿Sigue en su mente?

No presente cada día. Es verdad que fue una lesión dura, estuve un año sin jugar un partido y en algún momento sí te puede venir a la cabeza, pero ni mucho menos cada día. Está olvidada, me encuentro bien y no hablo más en pasado.

Un año después de ser nombrada la mejor jugadora de Europa debió de ser difícil.

Fue un momento muy duro tanto físicamente porque es una lesión importante como psicológicamente porque muchas veces tienes esa duda, aunque tú no quieres, de si vas a poder volver al mismo nivel. También, cuando es una lesión que necesita una recuperación tan larga se pasan muchas cosas por la cabeza. Cuando has pasado una lesión así intentas disfrutar más, de vivir cada momento, trabajar muy duro porque ha habido en algún momento de lo has echado de menos y no has podido hacerlo.

Con 18 años debutó y jugó al menos diez minutos por partido en seis encuentros olímpicos. ¿Se ha sentido con más presión o con un rol de líder desde el principio?

No, porque esta selección es un gran equipo. Si hemos conseguido lo que hemos conseguido ha sido porque tenemos grandísimas jugadoras y formamos un equipo. Siempre digo que para estar en lo más alto no vale una jugadora, dos o tres. Tienes que tener un equipo. Son muchas cosas las que cuentan. un equipo en la pista y otros detrás. Es como el puzle perfecto. Tú como jugadora intentas coger tú responsabilidad y siempre dar el 10%. El éxito de este equipo ha sido que hemos trabajado siempre juntas y hemos trabajado todas a una.

Usted es toda una trotamundos. ¿Qué ha aprendido de tanto cambio?

El momento de dar el paso y salir fuera de casa de Mallorca, con 15 años; o después dar otro paso y irte fuera de España a jugar a Turquía la Galatasaray o a Rusia, creo que han sido experiencias muy positivas. Te hacen crecer como jugadora y como persona. Situaciones que desconoces te hacen dar un paso adelante y a lo mejor conocer partes de ti mismo que no conocías. Como jugadora he tenido la suerte de haber jugado con y contra las mejores jugadoras del mundo. Esto hace que que te exijas el máximo y que te fuerces a sacar el máximo de ti mismo. Siempre lo he visto como algo positivo tener que adaptarte a nuevas situaciones.

¿No le llama la WNBA?

Sí, sí, sí. No es que no me llame. Para toda jugadora tener la experiencia de jugar en la WNBA es algo maravilloso. Es algo... ¡buaf! Es la mejor liga del mundo pero sí que es verdad que por calendario de cada año siempre hay torneos con las selección porque es en verano y cuando tienes la suerte de estar en una selección competitiva que siempre lucha por estar en lo más alto tanto en los Europeos, en el Mundial y en los Juegos Olímpicos es complicado. Sí que es verdad que en algún momento que he tenido que decidir mi prioridad ha sido la selección.

¿Qué le ha dado el baloncesto?

(Abre una amplia sonrisa) Son muchas cosas. Cuando hablo de baloncesto hablo de mi pasión. Creo que soy una afortunada por poder ser jugadora de baloncesto. Son muchas cosas las que me ha dado tanto fuera como dentro de la pista. Es mucha satisfacción y muchos valores los que envuelven el deporte. También me ha ayudado a crecer, a ser la persona que soy ahora mismo. Por tanto, al final mi vida casi siempre ha estado envuelta por el baloncesto.

¿Cuál ha sido su mejor momento?

El Europeo de Francia en 2013 por muchas cosas es uno delos mejores momentos. Primero, porque el equipo venía de un momento duro. Veníamos novenas de Europa y fue llegar a lo más alto. Segundo, volvía desde el verano por la lesión de rodilla. Tercero, por la manera en que se consiguió, sin perder ningún partido, jugando muy buen baloncesto. Por muchas cosas ese sería uno de los mejores momentos de mi vida hasta ahora.

¿Sería capaz de pasar un día sin pensar en el baloncesto?

(Ríe). Es muy difícil.Siempre sale. No sé, lo voy a analizar a partir de ahora. Sí que es verdad que hay momentos que desconectas, pero no sé si ha habido desde que soy profesional un día en que en algún momento del día en que no lo haya pensado. A partir de ahora lo analizaría, pero es verdad que al final para mí es mi pasión, aunque no quiero decir que no haya momentos duros y difíciles, como en todo. Pero siempre es una cosa que me llena.

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