Edición

Borrar
Javier Perianes (de pie), al frente del ensayo de la OCG para los recitales de hoy y mañana.
«Disfruto tanto con la música que el trabajo no me pesa, me hace feliz»

«Disfruto tanto con la música que el trabajo no me pesa, me hace feliz»

Será el 'no-director' y solista en los recitales que este fin de semana la OCG dedica a Mozart, con los conciertos 21 y 23 incluidos en el programa

JOSÉ ANTONIO MUÑOZ

Viernes, 3 de febrero 2017, 15:28

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Javier Perianes (Nerva, Huelva, 1978) es un hiperactivo tranquilo -no es un contrasentido en él-, y sobre todo, un ser humano simpático y cercano, además de uno de los pianistas con más talento de nuestro país. En Granada, tenemos la suerte de recibirle con frecuencia, como este fin de semana, cuando realizará el papel de solista y 'no-director' en sendos conciertos con Mozart como protagonista, en las noches de hoy y mañana. Granada le ha adoptado musical y emocionalmente, y lleva a gala tal adopción.

¿Qué supone para usted volver a actuar con la OCG en este monográfico dedicado a Mozart?

Siempre es un placer volver aquí. La Orquesta Ciudad de Granada es mi familia musical. En muchos aspectos, he crecido con ellos. Me siento muy honrado. Además, es una orquesta con un reconocido prestigio a la hora de abordar este tipo de repertorio. Son unos maestros en ello, y además lo han hecho con diferentes pianistas, con director, sin director, tienen un concertino fantástico... Estamos pasando una semana estupenda, estoy disfrutando mucho en los ensayos.

¿Cuál va a ser su papel? Porque director, como tal, no va a haber...

Sí, digamos que vamos a hacer música de cámara de lujo. Es decir, con una plantilla ampliada, lo que supone, desde el punto de vista del sonido, una auténtica gozada. Yo estaré al frente de la orquesta, pero dejo claro que no voy a dirigir, porque Javier Perianes es pianista, no director. El papel del director de orquesta es algo completamente diferente a lo que yo voy a hacer.

¿Qué particularidades tienen, para el oyente, los conciertos que escucharemos en estos recitales?

El número 21 es uno de los más famosos del repertorio mozartiano, cuyo segundo movimiento, el Andante en Fa mayor, forma parte de la memoria colectiva por su presencia en las bandas sonoras de películas como 'Elvira Madigan' o 'Le concert'. En cuanto al número 23, comentaba ayer con los músicos que en el catálogo de Mozart, junto con el 9 y otros destellos de otros conciertos, desde el 17 en adelante, son verdaderas obras de arte por diferentes motivos. Es una obra optimista en el primer movimiento, pero en el segundo el autor utiliza la tonalidad Fa sostenido menor que no vuelve a usar en ningún otro. Ello da como resultado un movimiento profundo, muy denso, casi metafísico.

Si a ello le añadimos el 'Quinteto para piano y vientos', una obra muy original, precursora de la obra de Beethoven, que repitió formación musical y hasta tonalidad, redondean un programa que, estoy seguro, gustará mucho al público, porque vamos a descubrir tanto al Mozart que compone para grupo de cámara como al que compone para orquesta.

Una feliz idea

¿Cómo se gestó este recital con la OCG?

Pues fue hace ya varios años, cuando hice la integral de Beethoven con la OCG y el maestro Hernández Silva, en 2013. Hablamos de esta idea, que yo ya había hecho con la Orquesta de Cámara de París y otras formaciones. A los músicos les gustó la idea, y durante este tiempo hemos ido conformando el programa, con el añadido final del 'Quinteto', ya que con los dos conciertos el programa se quedaba un pelín corto.

Hablando de la evolución de la Orquesta, ¿cómo la ha encontrado después de tres años tras su anterior cita?

El sonido de la Orquesta Ciudad de Granada me ha parecido siempre modélico. No soy quién para evaluarlo, porque siempre me parece que está en su punto. La dedicación de sus profesionales es indudable, son músicos extraordinarios. Esta orquesta siempre ha estado y estará muy cerca de mí.

Mozart sigue siendo como un imán para el oyente. Ambos conciertos tienen una muy buena ocupación.

Mozart es, como todos los grandes, garantía de calidad. Pasan los años, los siglos incluso, y seguimos sintiendo su música como una creación de plena actualidad. Cada vez que se escuchan, suenan con la misma frescura que la primera vez. Por eso sigue siendo tan atractivo.

¿En qué momento artístico llega este concierto?

Afronto este concierto con muchas ganas, las mismas que siempre me impulsan a hacer música. En cuanto a agenda, he comenzado un año que cuando me vaya de Granada me llevará de gira durante seis o siete semanas. La próxima toco con la Orquesta de Nashville (Texas, EE UU), luego pasaré por México, donde tocaré con la orquesta de la Universidad y Josep Pons. Más tarde debuto con la Orquesta Sinfónica de Montreal y Vasily Petrenko, tocaré con el granadino Pablo Heras-Casado y la Philharmonia en Londres, me voy a Tampere (Finlandia) para tocar a Saint-Saëns, vuelvo a encontrarme en París con Josep Pons y la Orchestre de Paris, termino Marzo entre Barcelona y Madrid... ¡No me puedo quejar! (risas). Disfruto tanto con la música que trabajar no me pesa, me hace feliz.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios