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Diego Martínez, con el cartel del Festival de Granada de este año.
«Me gustaría que el Festival se extendiese a épocas como Semana Santa o Navidad»

«Me gustaría que el Festival se extendiese a épocas como Semana Santa o Navidad»

Diego Martínez, director del Festival Internacional de Música y Danza de Granada

Juan Jesús Hernández

Viernes, 17 de junio 2016, 02:10

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Hoy empieza el espectáculo. Comienzan 'los festivales', a decir de los granadinos. En las horas previas a la inauguración con un recital soberbio, el del tenor peruano Juan Diego Flórez y la Orquesta Ciudad de Granada bajo la dirección de Sebastiano Rolli, en las oficinas del certamen se ponen a punto los últimos detalles de una enorme infraestructura en la que trabajarán más de cien personas para que nada falle en los 160 espectáculos previstos durante las cuatro próximas semanas, incluidos los del FEX. Y nada puede fallar porque 65 años después, el Festival, o 'los festivales', es una apuesta cultural solvente con la marca de Granada, que contará en esta edición con la mayoría de los grandes en la danza, en la dirección o en el canto. Por el público pasarán invitados de lujo como el duque de Wellington, los embajadores de Francia y Rusia o el ministro de Cultura, confirmados ya. Pero no serán los únicos en un programa que ya ha puesto el cartel de completo en muchos de los espectáculos y que para el resto se han vendido el 91% de las entradas. Éxito y calidad parecen asegurados. «Si se quiere hacer bien, organizar un Festival como el Granada necesita mucho trabajo y mucha pasión», advierte su director, Diego Martínez.

Manejar egos, manías y exigencias de algunos divos dará además más trabajo del normal...

No hay muchos que sean demasiado puntillosos. Ellos quieren cuidar su voz o sus instrumentos y rodearse para ello de las condiciones más adecuadas. A Granada vienen con ganas de triunfar y se quedan fascinados por el espacio en el que actúan, uno de los más bellos del mundo.

¿Con qué Festival se va a encontrar el público en esta edición?

Con un Festival de excelencia. El ciclo sinfónico es soberbio en orquestas, directores y programas con obras que nunca se habían interpretado en Granada. Contar con Juan Diego Flórez o Philippe Jaroussky; el nivel que ofrecerá el programa de danza, con los homenajes a los ballets rusos de Diaghilev o Maya Plisetskaya, o incluso el flamenco, con Cañizares, Arcángel o Miguel Poveda... Es un Festival muy completo al que se une un FEX extraordinario con propuestas de nivel que desde que comenzaron hace unos días están teniendo una respuesta magnífica de público. Todo el programa busca la excelencia y busca la idea de sus orígenes cuando los grandes, los más grandes, pasaban por el Festival de Granada.

Mejoría económica

En la edición del 65 aniversario los objetivos y las intenciones habrán sido mayores...

Sí, es cierto que hemos trabajado para que éste sea uno de los mejores festivales de las últimas décadas. Hemos pasado varias ediciones complicadas por las dificultades económicas, pero hemos remontado y a partir de ahora podremos ofrecer programas en la línea de este año. Vivimos afortunadamente otra etapa del Festival mucho más esperanzadora que nos permitirá mantener el nivel y el prestigio que merece.

Desde que llegó a la dirección, hace cuatro años, ¿cuál diría que es la actitud y la posición que se ha encontrado por parte de las instituciones granadinas y andaluzas con el Festival?

Existe un Consorcio en el que participan seis administraciones, incluida la Central, que le da una consistencia institucional muy importante. No hay otra institución musical en España con este nivel de respaldo. La solvencia que le da un apoyo político tan amplio y tan alto es una garantía. Y no olvidemos la sólida participación de la iniciativa privada a través del mecenazgo.

¿Granada es consciente de contar con un Festival con un potencial como éste?

Si no lo fuese algo estaríamos haciendo mal. En ese camino estamos trabajando ahora y hay que hacer ver que un Festival como éste, único y singular en España y me atrevo a decir que en Europa, es una gran oportunidad en la proyección cultural para la ciudad y para la provincia. No hay ningún Festival que pueda ofrecer un programa en palacios como los de la Alhambra, con el peso histórico y la experiencia de 65 años, unos cursos Manuel de Falla con 47 años de recorrido en la formación de alto nivel, que cuenta con el respaldo de la Universidad de Granada, y un FEX que irradia en la calle diferentes disciplinas artísticas tradicionales e innovadoras. Todo ésto sólo lo ofrece Granada, sólo existe en Granada, y creo que son razones suficientes para que el granadino se sienta orgulloso de que todo esto ocurra en su ciudad. Ahora que el fútbol está de moda y de actualidad, le pongo un ejemplo: el Festival de Granada juega en la Champions porque es el gran Festival español. Además, en la ciudad hay una conciencia ciudadana de respeto y consenso y lo asume como un hecho propio que forma parte de la memoria histórica de muchas generaciones, incluso en la forma propia de referirse a él como 'los festivales'. Es patrimonio de Granada, forma parte del valor cultural de los granadinos. Es emocionante que sea así.

También se ha podido producir cierta 'democratización' del Festival, que lo ha hecho más popular y cercano que cuando se identificaba sobre todo con cierto elitismo social...

Completamente de acuerdo. El Festival de Granada se ha abierto mucho más al conjunto de la sociedad, por encima de clases y jerarquías, ha conseguido mantener su prestigio y ha conectado con la calle gracias al FEX, que presenta propuestas de muchísima calidad y llega a cada rincón de la ciudad, se fusiona con la gente en los autobuses, en espacios abiertos o cerrados y siempre de forma gratuita. La programación se ha modificado, se cambia para llegar mejor a un público más plural y para satisfacer las demandas de un tiempo nuevo. Es bueno que el Festival se adapte a los cambios sociales, pero siempre con el objetivo de la excelencia en sus propuestas artísticas.

¿El presente y el futuro pasa por el mecenazgo?

Es positivo que el círculo del mecenazgo en los últimos años se haya consolidado con la incorporación de nuevas empresas, algunas de ámbito nacional y otras andaluzas y granadinas. Las empresas representan a la sociedad civil y que ésta participe con su implicación y aportación económica, es bueno para el proyecto cultural. Entre todos hacemos Festival y cada parte -el público, que ya cubre casi un tercio del presupuesto; las instituciones y las empresas, y son cuarenta las que colaboran con nosotros- dan vida en conjunto a la iniciativa.

La iniciativa pública y privada granadina está suficientemente implicada o podría hacer más?

Yo estoy satisfecho. Hemos crecido mucho y repito: hay cuarenta empresas diferentes que colaboran con el Festival y son el doble que hace cuatro años. Hoy mismo hemos cerrado nuevos acuerdos de patrocinios para la próxima edición. Esta es una época de sumar y mientras yo sea director trabajaremos en la misma línea.

La competencia no amenaza

Los festivales de Granada y Santander nacieron juntos como las únicas referencias de este tipo en España, pero en Europa la oferta es muy amplia y de calidad porque no ha dejado de aumentar en ciudades como Salzburgo, Baden-Baden, Edimburgo... ¿Es una amenaza para el Festival de Granada?

Que la oferta aumente no lo veo como una amenaza para Granada, creo más bien que es una fortaleza. Al Festival de Granada se le respeta en Europa y su modelo es muy especial, muy diferente a cualquier otro por los espacios en los que se desarrolla. Y créame, ninguna ciudad europea se puede recrear en un lugar como el Palacio de Carlos V, el Generalife o el Patio de los Arrayanes. El Festival de Salzburgo, que cuenta con recursos considerables y podría ser uno de los de mayor peso en Europa, al final celebra todo su programa en un único edificio. La cultura se engrandece cuando la oferta es mayor.

Escribía el maestro Molinari en IDEAL, y se lamentaba, de que el Festival «sea pavesa de verano» y no mantenga una programación más estable a lo largo de todo el año...

Extender el Festival más allá de las cuatro semanas que dura en la actualidad es una cuestión de capacidad económica y en la actualidad no sería un proyecto viable. Comparto la idea de Andrés y en el futuro me gustaría que si no todo el año, el sello del Festival y la marca Granada estuvieran unidas en diferentes periodos del año e incluso con otros proyectos artísticos, otras disciplinas y también otros escenarios. Algunos lo hacen, por ejemplo, en épocas como la Semana Santa o Navidad y es un modelo a seguir. Y que conste que hemos crecido en más fines de semana, en ciclos como la Música en Palacio o los cursos Manuel de Falla, que se prolongan desde marzo a noviembre. Se ha crecido y si podemos seguir creciendo debemos hacerlo o intentarlo. El Festival es también una oportunidad para desarrollar la marca Granada social y turísticamente. En el futuro de cualquier festival está la idea de ayudar a desarrollar un territorio en su proyección turística y cultural, y el de Granada no puede ser una excepción. ¿Se imagina usted un Festival como el de Salzburgo, que cuenta con un presupuesto de 64 millones de euros, el empleo que genera, el turismo que mueve y la riqueza que aporta a la ciudad?

¿Tiene sentido pensar en una orquesta residente en el Festival?

El público granadino lo quiere ver es a las grandes orquestas europeas. Aquí tenemos la joya de la Orquesta Ciudad de Granada, que no es una orquesta residente pero es la de Granada, y por ahí debe ir. Sinceramente no creo que una orquesta residente tenga una necesidad de programación en el Festival.

El de este año es un programa muy completo y potente, pero llama la atención la oportunidad de contar con las tres orquestas británicas más importantes: la Royal Philharmonic, la BBC Philharmonic y la London Symphony...

No ha sido casual. Teníamos mucho interés en traer a la London bajo la dirección de sir Simon Rattle, que acaba ahora su etapa después de muchos años con la Filarmónica de Berlín, y como titular de la London se presenta en Granada. Es una oportunidad para disfrutar de algo muy especial. Y no será menos la Royal con Charles Dutoit y Javier Perianes y un programa que incluye 'Noches en los jardines de España', de Manuel de Falla. El ciclo sinfónico creo que será una experiencia inolvidable que, por cierto, algo se grabará por Radio Nacional de España y los canales franceses nacionales de televisión.

Si queremos que al Festival se le conozca en cualquier país del mundo, ¿no habría que apostar más por la grabación y la difusión 'on line' y aprovecharse de la plataforma mundial de Internet?

Sí, sin duda. Ese es el escalón que nos falta y el reto en el que tenemos que trabajar en los próximos años. Tenemos que mejorar la 'venta exterior' del Festival. Ahora existen medios para que un espectador pueda acceder al Palacio de Carlos V desde su salón en Japón y si no lo aprovechamos perderemos oportunidades para que eso se convierta en reclamo turístico y para fortalecer la marca cultural de Granada.

Este ha sido siempre un Festival abierto a las nuevas tendencias y la Fura fue un ejemplo de ello. ¿A usted le tienta el riesgo?

La propuesta más arriesgada fue la Fura en 1996 y fue en Granada donde la compañía encontró una alternativa artística diferente que luego ha profundizado en nuevos espectáculos. El Festival de Granada ha buscado nuevas tendencias y ha arriesgado en propuestas escénicas que después han marcado pautas a seguir, y tiene la obligación de explorar y de incorporar visiones artísticas innovadoras que se convierten en nuevos valores culturales. Mantengamos un equilibrio en el que no falten las nuevas tendencias. No creo que nosotros debamos entrar en lo comercial pero sí estar atentos a lo nuevo.

Nada de jubilación

La edad de jubilación es a los 65 años y cuando el Festival los cumple se muestra más joven y vital que nunca...

Eso es por el trabajo de muchos años y el resultado del esfuerzo de grandes profesionales que lo miman. Son muchas las cosas que hacen del Festival una referencia joven con un dinamismo envidiable.

Hablando de jóvenes, ¿se ha rejuvenecido el público del Festival?

El Festival es todo y también el FEX, que tiene un público mayoritariamente joven. Admito que hay espectáculos que un joven no puede pagar en muchos casos, pero sí es verdad que las nuevas generaciones han ido sucediendo a las antiguas, como una tendencia que pasa de padres a hijos y ahí está el presente y el futuro de este proyecto.

Sé que me dirá que todo es imprescindible, pero dígame sólo tres momentos, tres espectáculos que nadie debería perderse este año...

Pues sí, pienso que todo el programa es imprescindible pero si me obliga a mojarme le diría que yo particularmente espero disfrutar mucho de la propuesta del próximo día 19 con con William Walton y la Orquesta Sinfónica y Coro de RTVE, del recital de Juan Diego Flórez y espero muchísimo de la London y del Teatro Bolshoi.

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