Carlos Herrera y Susana Griso, reconocidos por su compromiso con la libertad de expresión

-David Gistau, sobre Carlos Herrera: «La clave para entender lo que Herrera hace, lo que lo convierte en el último ejemplar de una gran estirpe de locutores radiofónicos. No solo ese mundo suyo, a veces político, a veces caótico, a veces costumbrista, que es como una de esas comedias de puertas que se abren y se cierran por donde vamos pasando los demás mientras Herrera permanece. Es también esa capacidad versátil que le permite saltar, sin apenas transición, de la posición política al chiste, del testimonio de un oyente a la anécdota costumbrista, del enfado por algo que ha visto en los muros de la patria suya a la coña de los polígonos de verano. O a la lágrima de las hojas muertas.»

-Silvio González, sobre Susanna Griso: «A la cámara se le puede seducir, pero a la cámara no se le puede engañar. Como no es posible la fidelidad de la audiencia sin proporcionarle la credibilidad de la que he hablado al principio. Susanna hace creer lo que dice, lo que cuenta, porque ella misma se lo cree antes. Y porque la ética periodista entreteje la dinámica de un programa sensible a la actualidad política, pero también consciente de los problemas sociales y de la ligereza con que puede abordarse el entretenimiento.»