Colas en las paradas y vagones a rebosar en el segundo día del metro
En dos días se han vendido 2.000 bonos de transporte para metropolitano y buses del Cinturón La afluencia se dejó notar especialmente por la tarde
JAVIER MORALES
GRANADA
Sábado, 23 de septiembre 2017, 03:04
El metro se quedó pequeño. En la jornada de ayer, sobre todo durante la tarde, los trenes circularon a rebosar y las colas en algunas ... paradas superaron las plazas disponibles en los trenes. Con la llegada del fin de semana se multiplicó el 'efecto champán': la afluencia masiva prevista para los primeros días de explotación comercial, a la que se sumaron los primeros trabajadores y estudiantes que incluyeron al metro en su rutina. Especialmente concurrido estuvo durante toda la tarde el trayecto en sentido Armilla. La parada junto al centro comercial Nevada agrupó por momentos a más de un centenar de pasajeros que esperaban la llegada del metro. De los vagones bajaban a la dársena 200 viajeros. El jueves fueron 23.500 los vecinos del área metropolitana que estrenaron el metro, que abrió sus puertas en horario reducido, lo que anticipa que el dato se vio ayer rebasado con creces, dado que funcionó de 06.30 a 02.00 de la madrugada de hoy.
Habrá que esperar a la cifra oficial, pero ayer los primeros balances de la Agencia de Obra Pública de Andalucía ya apuntaban a un récord en el segundo día de apertura. El éxito en la tarde del viernes era previsible pero se recibió con cautela: la afluencia 'real' no se percibirá hasta dentro de unos días.
Tal fue el barullo que hubo pasajeros que tuvieron que esperar en las dársenas hasta la llegada de nuevos trenes. Se vivió algún momento de agobio, con los trenes hasta arriba, calor y pasajeros intentando entrar. Incluso llegaron a preguntar a los asistentes -conocidos como 'metroguías'- si era seguro acceder.
Ya se barruntaba
Ya por la mañana se barruntaba lo que sucedería más tarde. Ayer, con los primeros trabajadores y estudiantes, llegó la primera prueba de fuego para el metro ligero en hora punta. La infraestructura pretende mover a 11 millones de usuarios en el próximo año, retirando 8.000 vehículos diarios de la Circunvalación y los accesos a la capital, Albolote, Armilla y Maracena. Con esta aspiración sobre la mesa, los trabajadores y la población universitaria son objetivos clave de la explotación del metro, más aún si se tiene en cuenta que el trazado de la línea atraviesa núcleos como el PTS, la estación de autobuses, el campus de Fuentenueva, Caleta o el centro comercial Nevada. Mientras que en la jornada del jueves fueron las familias quienes tomaron los trenes para 'matar el gusanillo', ayer viernes en las primeras horas punta se dejaron ver las primeras mochilas y maletines.
Pasadas las siete de la mañana, los trenes que atravesaban el centro de la capital después de recoger viajeros desde Albolote y Armilla circulaban con prácticamente todos los asientos, 54 por tren, ocupados. No quiere decir que no quedaran plazas libres: 167 pasajeros como máximo pueden ir de pie. Es decir, que la ocupación rondó el 30% durante las primeras horas, porcentaje que creció al filo de las nueve y las diez de la mañana. A mediodía, como indicaron desde la Agencia de Obra Pública de Andalucía, la afluencia se animó hasta que llegó el 'boom' de la tarde con la ida y vuelta hacia el Nevada.
Hasta dentro de unas semanas no habrá datos concretos sobre el trasvase de pasajeros de vehículos privados y autobuses (urbanos y metropolitanos) a los vagones del metro. Pero desde una perspectiva cuantitativa, en el Consorcio Metropolitano de Transportes ya se percibe el intercambio de usuarios. No obstante, como señaló ayer Christian Muñoz, gerente del Consorcio, «esta época no es la más adecuada para comparar, porque estamos todavía en un proceso de ascenso del número de viajeros que culmina en octubre». Todavía hay trabajadores y estudiantes de vacaciones.
Ayer también se notó durante las primeras horas un descenso de ocupación en los autobuses, «pero no muy significativo». En la jornada del jueves hubo un millar de pasajeros menos en los buses metropolitanos que se 'solapan' con el metro.
Otro dato que anticipa un arranque con buen pie, al menos en lo relativo a uso, es la venta de tarjetas monedero del Consorcio Metropolitano, las que permiten el transbordo entre el nuevo medio de transporte y los autobuses -por el momento, sólo los metropolitanos-. Sólo en la jornada del jueves se vendieron en los estancos y otros puntos autorizados 1.097, más que en la tercera semana de septiembre de 2017. Ayer a mediodía se contabilizaban 705 ventas. Pero el 'boom' no sólo se ha dejado notar en los últimos dos días.
Engordan las cifras
El lunes, cuando el consejero de Fomento, Felipe López, puso fecha y hora para la apertura del metro, las cifras empezaron a engordar de forma exponencial. En total, esta semana se han vendido 2.825 títulos de transporte, cuatro veces más que en la misma semana del año pasado. A la venta de tarjetas hay que sumar el billetaje de las máquinas expendedoras, del que todavía no hay estadísticas. Sí se confirmó ayer la cifra final de usuarios que el jueves estrenaron el metro: 23.500.
Uno de ellos fue Alfonso, que ayer aguardaba la llegada del metro en la parada junto al centro comercial Nevada para desplazarse hasta el centro de Granada. El suyo es uno de los coches que se quedarán aparcados: «El aparcamiento es terrible». Carlos, Alejandra y María se despidieron del autobús para dar la bienvenida al metro. Madrugadores, hacían tiempo a las siete y media en el vestíbulo de Méndez Núñez. El metro les permitirá llegar al PTS en unos 18 minutos. Por poner una pega, no se pueden beneficiar de los descuentos para jóvenes que sí gozan en el autobús. María, en Caleta, se dirigía «a Hípica o Andrés Segovia». «Ahora mismo me viene bien porque va de puerta a puerta. Antes cogía el LAC y luego tenía veinte minutos andando. Ahora espero tardar en total 20 o 25 como mucho». Alberto e Inma, estudiantes, fueron desde Maracena hasta el corazón del campus de Fuentenueva en veinte minutos: «Parece que tarda menos de lo que tardaba el bus. Desde Maracena, entre ir a la parada, coger el bus y bajar desde comedores hasta aquí eran tres cuartos de hora».
El metro convenció en sus primeras horas punta y llegó al tope por la tarde. Pero el efecto no se dejó notar en el tráfico habitual de los primeros compases de la mañana -pese a que ayer se celebraba, además, el 'día sin coche'-. Hubo circulación densa en los lugares habituales: Méndez Núñez, Camino de Ronda, Circunvalación, Camino de Purchil... Y los buses urbanos de la capital que coinciden con el trayecto del metro iban repletos. El nuevo inquilino del paisaje urbano ya está integrado, pero tiene mucho camino por delante para vaciar las carreteras y calles.
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