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La granadina Lourdes Verdes-Montenegro es la coordinadora de la participación española en el proyecto SKA. ::
«El radiotelescopio SKA podrá detectar si hay una televisión encendida en las diez estrellas más próximas a la Tierra, lo que no sabemos es si querremos ver los programas extraterrestres»

«El radiotelescopio SKA podrá detectar si hay una televisión encendida en las diez estrellas más próximas a la Tierra, lo que no sabemos es si querremos ver los programas extraterrestres»

Lourdes Verdes-Montenegro, astrofísica

Carlos Morán

Martes, 12 de julio 2016, 01:30

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Ríanse ustedes del 'camarote de los Hermanos Marx'. El despacho que ocupa Lourdes Verdes-Montenegro Atalaya (Zurich, Suiza, 1964) en la sede de Instituto Andaluz de Astrofísica de Andalucía (CSIC) es minúsculo -apenas dos metros de ancho por dos de largo-, pero ella ha logrado meter en su interior millones de antenas y los kilómetros suficientes de fibra óptica como para rodear dos veces la Tierra... O lo que es lo mismo, el proyecto de radiotelescopio Square Kilometre Array, conocido por sus siglas SKA -sí como la saltarina música de raíz jamaicana que popularizaron bandas como The Specials o Madnees- , que está considerado ahora mismo como «la mayor infraestructura científica que va a existir» sobre el planeta» y posibilitará estudiar el Universo con una nivel de detalle nunca antes visto.

Lourdes Verdes-Montenegro es, además de investigadora del Instituto Andaluz de Astrofísica (cuya sede está en Granada), la coordinadora de la participación española en SKA, que empezará a construirse en 2018. El radiotelescopio consistirá en un colosal bosque de antenas que se extenderán por la mitad sur de África, Australia y Nueva Zelanda. Una curiosidad: los promotores de la iniciativa han elegido esas zonas porque están libres de las interferencias que, por ejemplo, causan los dichos teléfonos móviles ¿Y qué pinta ahí España? Pues si las autoridades patrias se deciden a dar la paso, puede tener mucho que ganar -de momento, potencias como China o La India ya se han apuntado y estos no dan puntadas, valga la redundancia, sin hilo-. «España no es todavía miembro de pleno derecho del consorcio, pero sí estamos entre los 20 países que contribuimos en el diseño. El Gobierno está ahora negociando con SKA las condiciones de entrada para que España sea miembro. La secretaria de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación, Carmen Vela, ha contactado con SKA para discutir sobre las condiciones de entrada. Si no somos miembros, la industria española no va a poder optar a contratos para construirlo. Y aquí tenemos empresas muy competitivas a nivel internacional. Lo que ocurre es que, cuanto más tardemos en entrar, más difícil lo tendrán, porque los países que están ya están definiendo sus áreas de interés. En principio, España tendría que aportar una cuota anual de medio millón de euros para estar en la oficina central del proyecto, que está en el Reino Unido. En total, la primera fase del proyecto SKA requiere una inversión de 650 millones de euros», informa.

Queda claro que no sólo hay saber y conocimiento en juego, también empleo y riqueza. Por eso, Lourdes no se cansa de empujar -aunque la alergia le está dando muy duro este año-. Pero ella es tozuda.

Hija de inmigrantes españoles en Suiza, nació en Zurich y allí vivió hasta que sus padres «se cansaron de la lluvia y volvimos a España», a Madrid, que era la ciudad natal de su progenitor. Ella era entonces una niña de sólo cinco años. «Llegamos en Navidad y la pasamos en una pensión porque no teníamos vivienda todavía», rememora.

Aquella pequeña del hostal se convirtió en granadina de adopción a finales de los años 80 del siglo pasado. Aquí estudió Física, que era la carrera que estaba convencida le serviría de puente para alcanzar el cosmos, su verdadero objetivo. De hecho, y antes siquiera de tener piso, ya estaba llamando a las puertas del Instituto de Astrofísica de Andalucía (que por aquel entonces estaba en la Estación Experimental del Zaidín) para ofrecerse como meritoria. Y lo logró. Incluso consiguió pasar un par de semanas en el Observatorio de Sierra Nevada sin que nadie, ni siquiera ella, supiera muy bien quién le dio el permiso. El caso es que allí estaba, en la cima de la Península, a un palmo del firmamento, que era lo que quería.

Hoy está metida en una movida galáctica (en la que también participan la Universiad de Granada y la Plataforma Solar de Almería). Y no es una exageración

-¿De dónde le viene ese afán suyo por tocar el cielo y las estrellas?

-Debe de ser una mezcla de cosas, pero recuerdo que un amigo le dejaba a mi padre una casita en verano y por la noche nos tumbábamos todos, mis hermanos y mis padres, a mirar el cielo y elucubrábamos: ¿Y eso qué será? ¿Y allí que habrá? Y aquello me despertó una enorme curiosidad y muchas ganas de viajar al espacio.

-¿Todavía le duran esas ganas de visitar otros mundos?

-Ahora ya no sé, porque no cumplo los requisitos por salud, ja, ja, ja. Pero si hubiera una oportunidad, no me importaría.

-¿Qué quieren tocar con el supertelescopio SKA, porque el cielo se les va a quedar pequeño?

-El proyecto SKA nace en los años 90 y es un radiotelescopio. Los radiotelescopios nos dan una información completamente diferente a los telescopios ópticos. Los radiotelescopios de antena única, caso del que sale en la película 'Contac', la de Jodie Foster, te permiten estudiar el gas que está en la partes de fuera de las galaxias, mientras que las estrellas están más bien en el centro. Si miras las galaxias a través de un telescopio óptico, ves sobre todo las estrellas, pero si lo haces a través de un radiotelescopio observas el hidrógeno atómico, que es el gas frío de las galaxias del que luego se forman las estrellas. Además, y pongo un ejemplo, cuando hay una accidente de tráfico nosotros podemos saber lo que ha sucedido si vemos los restos que han quedado en el suelo: las huellas que dejan las ruedas, un trozo de parachoques. Pues al observar el hidrógeno ocurre un poco lo mismo: va trazando la colisión que hubo entre las galaxias.

El caso es que llegó un momento en que con un radiotelescopio de antena única no se podía llegar a discernir todos los detalles necesarios ni tenías la sensibilidad suficiente para captar una radiación que es muy débil. Y la solución ya no estaba en construir antenas más grandes. Entonces se pasó a otra técnica, la radiointerferometría, que consiste en utilizar antenas pequeñas y combinar la información que te ofrecen, lo que hace el efecto de una antena más grande. Esto ya existe, y SKA va ser eso, pero a una escala tremenda, va a tener millones de antenas. En la primera fase las antenas estarán concentradas en 150 kilómetros en el sur de África y en el oeste de Australia. Y en una segunda fase, estarán distribuidas por ocho países del continente africano y por Nueva Zelanda. Y todas estarán unidas por cable de fibra óptica. Cuando esté completamente construido, conectará antenas que estarán separadas por 3.500 kilómetros. También van a hacer falta diez millones de ordenadores para procesar los datos, porque SKA va a producir diez veces el tráfico global de Internet. Y se pretende que todo eso funcione, en la medida de lo posible, con energías renovables. Y España es líder mundial en energías renovables. Por eso estamos peleando para que España, y Andalucía especialmente, tenga un papel muy relevante en el suministro energético del proyecto.

-Y todo ese colosal despliegue de ciencia e inteligencia servirá para.

-Vamos a ver cómo se han formado las estrellas y las galaxias, y también la formación de planetas alrededor de otros sistemas solares. Es decir, cómo ha evolucionado el Universo de ser gas a tener estrellas y galaxias. Vamos a poder retroceder a la llamada 'época oscura', cuando todo era una especie de masa oscura. Se van a estudiar también los pulsares -estrellas de neutrones -como una forma de estudiar la relatividad general de Einstein. Además, el SKA va a ser tan sensible que va a poder detectar una señal extraterrestre en las diez estrellas más cercanas a la Tierra. Por ejemplo, si hubiera una televisión encendida alrededor de la Tierra, podría detectarla. Lo que ya no sabemos es si querremos ver los programas que ofrecen los extraterrestres. Si dan 'Gran Hermano', yo desde luego no la veré, ja, ja, ja.

-¿Y no les da miedo que el SKA nos muestre algo que sería mejor no ver, caso de un planeta lleno de alienígenas belicosos?

-Eso ya... Nosotros lo que sabemos es que tenemos la capacidad de comunicarnos...

-Pues su colega Stephen Hawking ha comentado en alguna ocasión que sería mejor dejar de enviar señales al espacio no vaya a ser que nos respondan y luego tengamos que arrepentirnos...

-Como ha dicho Jill Tarter, que es la directora del Instituto SETI -el proyecto para buscan vida inteligente fuera de la Tierra-, 'Stephen Hawking sabrá mucho de lo suyo, pero de extraterrestres sabe lo mismo que yo...' En realidad, así ha sido siempre la historia de la humanidad. Nos hemos acercado a la tribu de al lado sin saber si nos iban a partir a hachazos o nos íbamos a asociar. No sabemos...

-Además, los extraterrestres también podrían ser encantadores como ET. No hay que ponerse siempre en lo malo.

-ET era muy majo, ja, ja, ja. Sería el extraterrestre que nos gustaría a todos. Pero al final creo que lo que queremos es que venga alguien de fuera y nos explique algo, porque estamos un poco perdidos.

-¿Pero hay vida ahí fuera o no?

-Probabilidad hay y yo sólo puedo hablar de probabilidades. Puede que haya una vida evolucionada, pero que no estemos lo suficientemente cerca como para que vengan por sus propios medios. Lo que sí sabemos es que para que haya vida, tiene que haber agua, que es un disolvente universal. Y la vida necesita un disolvente universal para surgir. Pues ahora se están empezando a detectar planetas alrededor de otras estrellas, de otros sistemas solares. Y el SKA también va a servir para estudiar esos planetas.

-¿Somos una casualidad, hijos de dioses o ni lo uno ni lo otro?

-Como científica, en la parte filosófica no puedo aportar... Ahí están las creencias de cada uno. Lo que sí está claro es que todavía nos queda mucho por saber sobre cómo surgió la vida. En la Astronomía existe la teoría, llamada Panspermia, de que la vida es un fenómeno muy abundante en el universo y que viaja de una estrella a otra en granos que se llaman presolares o en meteoritos. Es decir, que la semilla de la vida estaría viajando por todo el universo.

-¿Cómo serían esas semillas de vida?

-Una bacteria, por ejemplo... En nuestro propio sistema solar, hay varios satélites en los que se piensa que puede haber un océano líquido bajo la superficie. O sea, que hasta nuestro propio sistema solar nos puede dar sorpresas en ese sentido. Es más, en la Tierra todavía encontramos especies nuevas, por no hablar de lo que puede haber en las fosas abisales.

-¿Qué hay más allá del universo?

-Si el universo es todo lo que existe, no hay más allá. Con el SKA podremos llegar a los confines del universo, al momento en que se forman las primeras galaxias. Eso ya será bastante interesante.

-No sé, a mí es que tanta enormidad no me cabe en la cabeza...

-No, ni a mí tampoco. Y me dedico a esto. Te acostumbras a trabajar en ello y te parece normal, pero no lo es...

-¿Se molesta si alguien le llama astróloga en lugar de astrónoma?

-Me da un poco pena, porque eso significa que no leemos lo suficiente. Lo que me da pena es lo que refleja esa confusión. De todas formas, yo siempre digo que ganaría más dinero y sería más famosa si fuera astróloga en lugar de astrónoma.

-¿Qué signo del zodiaco es?

-Virgo.

-¿Y suele leer lo que dice el horóscopo?

-Nooo, ja, ja, ja.

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