«Hay un oscurantismo total respecto a las listas de espera»
Ángeles Peñalver
Lunes, 19 de octubre 2015, 01:44
Hasta la oficina del Defensor del Ciudadano de Granada - Manuel Martín- llegan casos de personas «con necesidades extremas» a quienes les urge entrar en una ... residencia, ya que carecen de familiares que puedan atenderlos y llevan esperando largos periodos de tiempo.
«Según los casos presentados ante esta oficina, la Junta de Andalucía puede tardar en asignar una plaza en residencia de mayores un año o incluso más tiempo. Los procedimientos no están claros y se alargan eternamente», apostilla Manuel Martín, funcionario municipal.
El Defensor va más allá y denuncia «el oscurantismo total» respecto a las cifras de peticionarios de residencias. «La Junta de Andalucía no informa de las listas de espera y es difícil conocer la situación», critica.
El portavoz recalca que hay plazas libres en residencias privadas y concertadas y denuncia que también existen personas mayores con necesidad de ingresar en ellas. «Aunque los datos hay que tomarlos con precaución, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y del Portal Mayores, una de cada cinco plazas en residencias de mayores está vacante», informa Manuel Martín.
El Defensor granadino insiste en que tras ocho años y medio de implantación de la Ley de la Dependencia, ese sistema está desbordado. «Sólo se atiende a nuevos dependientes en la medida en la que se producen bajas de atendidos. Los tiempos de espera para las personas con derecho a atención han resultado inasumibles, de forma que han fallecido en situación de espera muchísimos ciudadanos», sentencia el Defensor.
A su juicio, la Ley de Dependencia no ha conseguido garantizar las atenciones y servicios previstos en el catálogo a todas las personas con derecho reconocido a ello. «Es imprescindible un pacto político que replantee el modelo del sistema de atención a la dependencia y garantice su futuro. Hay que sacar el problema de las personas dependientes fuera de las luchas partidistas y electorales. No podemos convertir la Ley de la Dependencia en un artefacto político para arremeter contra el adversario y mientras tanto las personas con necesidades sociales urgentes están totalmente desatendidas o fallecen sin prestación», zanja.
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