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Curro Albaicín posa en la Alhambra, con la ciudad a sus espaldas.

«Me gusta Cuba porque me recuerda al Sacromonte de cuando yo era chico: todo el día cantando, bailando y haciendo el amor»

artista

Carlos Morán

Lunes, 3 de agosto 2015, 00:27

El maestro Curro Albaicín (El Sacromonte, 1948) está escribiendo un nuevo libro en el que promete contarlo todo... o casi todo. ¡Cuidadín!, que diría el ... gran Chiquito de la Calzada. Con una letra esforzada -«soy medio analfabeto», confiesa- y diminuta, trabaja en una recopilación de anécdotas acaecidas en el Sacromonte y el Albaicín, los dos bastones sobre los que apoya su larga vida y una figura poderosa que recuerda a la de un indio apache (pero en rubio y con ojos azules). Asegura Curro que en su nueva obra saldrá «lo bueno», «lo malo» y «lo regular» que no se callará nada -salvo algún nombre, para no comprometer la honra de algunos personajes ante su descendencia-. «Por ejemplo, voy a decir lo que pasaba en los velatorios», avanza.

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