IU pide "calma y prudencia" en los nuevos cambios previstos en el tráfico granadino

Para Molina la noticia de la puesta en marcha durante este mes de agosto, de la implantación de señales para reducir la velocidad en Granada y prevenir accidentes, reducir la contaminación y favorecer el uso del transporte público, no es la más acertada en este momento teniendo en cuenta los flecos que quedan pendientes dentro del plan de movilidad, y que sin contar con medidas paralelas, pueden invertir el efecto disuasorio de uso del vehículo privado pretendido por el PP.

Así Maite Molina señala que desde IU valoramos que este tipo de medidas, deberían tomarse teniendo en cuenta una perspectiva global y metropolitana del tráfico, si se integra el transporte público metropolitano, garantizando una fluidez y rapidez, así como unas paradas adecuadas, se reducirá en mucho la afluencia en vehículo privado a la ciudad de miles de personas, que han de acudir a la ciudad, a trabajar, a realizar trámites, compras, médicos,.. sobre todo cuando no se han demostrado eficaces, en lo cuantitativo, medidas como el acuerdo con los aparcamientos periféricos.

Por otra parte Molina indica que tampoco entendemos que sea agosto el mejor momento para implantar esta reducción de velocidades, ya que debería hacerse, una vez se tenga testado el funcionamiento, de la nueva reordenación del transporte público en la ciudad de Granada, es necesario garantizar que la integración con la LAC, y los diferentes trasbordos, se integran, consiguiendo una mejora en la fluidez y eficiencia, ya que de lo contrario lo que se conseguirá es fomentar el uso del transporte privado.

Asimismo la edil de izquierdas destaca que entendemos que el PP debe cumplir el plan de movilidad, aprobado sin dialogo y con el apoyo de su mayoría absoluta, pero como bien se sabe hasta 2025 hay plazo, con lo que lo lógico, antes de seguir imponiendo medidas que pueden seguir generando confusión y desconcierto, sería esperar a que el metro esté finalizado, porque solo desde una visión integral y coordinada con todos los nuevos medios de transporte en Granada, se podrá evaluar si esta medida de reducción de velocidad, incide realmente, tanto en la disminución del uso del vehículo privado, como en la reducción de la contaminación o en la accidentabilidad.

Por último Molina ha pedido al PP, que mire con lupa y con todo el respeto que se merece, tanto la encuesta relativa al transporte público, como las 51 propuestas de mejora del mismo en base a la citada encuesta efectuada por FACUA, y que destaca que un 71% de los granadinos consideran que el nuevo sistema ha empeorado mucho la movilidad, así como un 78% evalúa los nuevos trazados o recorridos como mejorables, o un 55% opina lo mismo sobre la ubicación de las paradas en las líneas de los barrios, el PP no puede seguir reordenando el tráfico sin contar con la ciudadanía, ni con organizaciones que se están esforzando por recoger la opinión de los granadinos, por lo tanto, calma y prudencia al PP a la hora de continuar implantando más medidas de supuesta pacificación del tráfico, porque lo que se puede encontrar sin tener en cuenta todas las cuestiones pendientes, es una gran conflictividad social.